Los ribereños de Entrepeñas y Buendía plantean sus propuestas al Ministerio

La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía (AMREEB) finaliza su ronda de reuniones con el fin de dar a conocer su Manifiesto de Principios y Objetivos a las diferentes administraciones provinciales –diputaciones de Cuenca y Guadalajara–, regional y estatal.

La última entrevista tuvo lugar la semana pasada en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, donde el presidente de los Ribereños, Francisco Pérez Torrecilla, acompañado de los alcaldes de Cifuentes, José Luis Tenorio, de Canalejas, Emiliano Vallejo, y de Cañaveruelas, Gregorio Villamil, se reunían con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra, acompañado por la directora general del Agua, Liana Sandra Ardiles.

Inversiones en la comarca ribereña
Como parte muy importante en la financiación y ejecución del "Plan de Desarrollo Sostenible de los Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía", se pidió a los responsables del Ministerio que no se demorasen más las obras de abastecimiento a los municipios de cabecera del Tajo para que no se vuelvan a repetir los problemas de falta de agua sufridos durante este verano en pueblos como Chillarón del Rey o Alcocer.

En cuanto al Plan de Fomento de Uso Público y Adecuación Medioambiental del Entorno de los Embalses de Entrepeñas y Buendía, que contempla la dotación, por parte del Ministerio, de una serie de infraestructuras imprescindibles para el desarrollo de la comarca ribereña, la directora general del Agua informó que está en fase de evaluación medioambiental y que sigue el trámite normal de este tipo de proyectos.

Regadíos del Guadiela y Ercávica
La Asociación de Ribereños reclama en su manifiesto la reserva de 260 hectómetros cúbicos de agua para los regadíos del Guadiela, Ercávica y otros que se puedan plantear en la comarca, y así se expuso también en la reunión, además de solicitar que se hagan las inversiones necesarias para poner en marcha estos regadíos, de la misma forma que se invierte en infraestructuras para regadíos de otras cuencas y comarcas del país, con la ventaja de que los ribereños del Tajo tenemos la materia prima aquí (el agua), y no hay que trasvasarla desde ningún otro lugar.

1.000 hectómetros cúbicos de agua no trasvasable en cabecera
Para concluir, se trató el tema del mínimo no trasvasable, indicando por parte del presidente de los ribereños que, efectivamente, se ha dado un paso adelante levando la reserva mínima de 240 a 400 hectómetros cúbicos, pero esta cantidad es igualmente inútil e insuficiente para el desarrollo de nuestros pueblos y para la vida del Tajo, como está quedando demostrado desde este verano. Se pidió una vez más elevar esa cantidad mínima no trasvasable hasta los 1.000 hectómetros cúbicos, creando una lámina estable de agua que genere seguridad a la hora de invertir en el desarrollo de la comarca. También se reclamó que el avance que supone para todos la puesta en marcha de las desaladoras se mantenga ya de forma definitiva, liberando a los embalses de Entrepeñas y Buendía de los hectómetros cúbicos que se puedan generar desalando agua del mar.

“No sería de recibo que dentro de unos meses se volvieran a parar las desaladoras para trasvasar lo poco que vaya entrando en la cabecera del Tajo durante el invierno. Ahora sí va a quedar demostrado que el futuro del levante pasa inexorablemente por la desalación y el uso de sus propios recursos hídricos, que los tienen, y no por el envío de agua desde Entrepeñas y Buendía. Los embalses de cabecera y el río Tajo al completo están agotados por una pésima gestión de los recursos hídricos durante 36 años, y eso lo saben también en el Levante español”, ha asegurado Pérez Torrecilla.