El estudio de Foessa, entidad que se creó a iniciativa de Cáritas Española, titulado 'La transmisión de intergeneracional de la pobreza: factores, procesos y propuestas', tiene como objetivo formar "conciencia crítica de un modelo social que no trata bien a los más débiles, ni logra un mínimo de justicia para los que más sufren", según manifestó el secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora Rosado, en la presentación del mismo.
Mora indicó que "el informe rompe el mito de la igualdad de oportunidades" porque "ni la crisis ha sido igual para todos, ni tenemos las mismas oportunidades, ni salimos desde el mismo lugar cada uno como pretenden hacernos ver los teóricos neoliberales". Por ello, opinó que este estudio debe servir para que "construyamos oportunidades para la igualdad porque son posibles, son necesarias y porque la realidad del sufrimiento inocente lo reclama".
El documento constata una alta correlación entre las dificultades económicas en los hogares de origen y el nivel de formación alcanzado por éstos. A medida que los problemas financieros decrecen, aumenta la proporción de adultos con niveles educativos altos.
De hecho, los problemas económicos suponen un freno a la adquisición de niveles educativos más altos: 4 de cada 10 adultos (41%) que vivió su adolescencia con problemas económicos muy frecuentes, no consiguió alcanzar la educación secundaria. Esta situación sólo afecta al 8% de los que nunca tuvieron dificultades económicas. Otro dato elocuente es que 8 de cada 10 personas que vivieron graves dificultades económicas en su infancia y adolescencia, las están reviviendo en la actualidad como adultos.
La investigación presta una especial atención a la transmisión de la pobreza en el núcleo familiar y a la importancia de los menores en la intensidad de la misma en el seno de los hogares.
Tanto Sebastián Mora como Raúl Flores han puesto el énfasis a la hora de señalar que "cuando hablamos de pobreza infantil nosotros nos referimos a la pobreza de las familias con hijos". En ese sentido, el estudio subraya que, hoy en día, el mayor riesgo de pobreza y de exclusión social se da entre las familias con hijos a cargo. El riesgo de las familias con menores es notablemente mayor al de cualquier otra configuración familiar.
De manera concreta, la tasa de pobreza en los hogares sin menores es del 16%, mientras que asciende al 28% en los hogares en los que hay menores, al 42% en el caso de familias monoparentales con hijos y al 44% cuando las familias tienen tres o más menores.
Como explica Flores, "este fenómeno social, es a día de hoy, una de las cosas que más distingue la realidad social española de los países de nuestro entorno. La brecha en la tasa de pobreza entre los hogares sin menores y con menores es en España tres veces superior a la UE27". Aunque la pobreza y la exclusión de las familias con menores son previas a la crisis económica, estas se han hecho más extensas y más intensas en los últimos años.
La formación es otro factor determinante, ya que el estudio indica que a pesar de que en España se ha producido una movilidad educativa ascendente generalizada como fruto de la universalización de la educación, 8 de cada 10 personas cuyos padres no alcanzaron la primaria no han conseguido completar los estudios secundarios.
La situación laboral y la ocupación de los progenitores son factores que, además de estar relacionados con el nivel educativo que permite desempeñar unas u otras tareas, también están estrechamente ligados a la existencia o no de una fuente de ingresos y a la cuantía de la misma. Ese estatus laboral representa un claro factor de transmisión intergeneracional entre padres e hijos, según concluye el documento.
Por último, Flores y Mora apostaron por una serie de políticas que pongan fin a la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza (TIP) entre las que destacan invertir en políticas sociales y redistributivas que reduzcan las desigualdades y una política de vivienda y urbanismo que se convierta en herramienta contra la reproducción y transmisión de las situaciones de vulnerabilidad o exclusión, entre otras.