Casi 250.000 niños sufren desnutrición aguda y corren peligro de morir de hambre en el estado de Borno, al noroeste de Nigeria. Así lo comunicó Unicef, al describir el agravamiento de la crisis humanitaria causado por Boko Haram, que continúa extendiéndose.
De los 244.000 niños que sufren desnutrición aguda grave en Borno, se estima que 49.000 niños -casi uno de cada cinco- podrían morir si no reciben tratamiento.
Manuel Fontaine, director regional de Unicef para África Occidental y Central, advirtió de que "134 niños fallecerán de media diariamente por causas relacionadas con la desnutrición aguda si la respuesta no aumenta rápidamente".
"Hay dos millones de personas a las que seguimos sin poder llegar en el estado de Borno, lo que quiere decir que la verdadera dimensión de esta crisis todavía no se ha revelado al mundo", declaró Fontaine.
Según explicó, a medida que más zonas se hacen accesibles a la llegada de ayuda humanitaria, "nos damos cuenta de la dimensión de la tragedia".
"Las organizaciones sobre el terreno hacen un trabajo fantástico, pero ninguna de nosotras estamos siendo capaces de trabajar en la escala y calidad que necesitamos", indicó, así que "debemos intensificar nuestros esfuerzos".
Por eso, Unicef urgió a todos los aliados a unirse en la respuesta humanitaria y a los donantes a apoyar urgentemente con más recursos estos programas.