OBK convirtió Valdeluz en una fiesta para unas 3.000 almas
lunes 25 de julio de 2016, 11:01h
Jordi Sánchez demostró por qué lleva 25 años subido a los escenarios al meterse en el bolsillo a un público que se entregó al vocalista y alma mater del grupo, un referente imprescindible del techno pop español
Sonaba un coro acompasado de palmas y la multitud sabía que había llegado el instante más esperado del concierto. Fue entonces cuando Jordi Sánchez se arrancó: ‘Este es el momento que más me gusta de la noche. Ese en el que sentimos que esto no ha sido un concierto. Mañana lo podréis decir: hemos estado aquí y no fue un concierto, fue una ¡¡¡¡fiestaaaaaaaa!!!!’. Era el preludio de ‘Historias de amor’, acaso el tema más emblemático y con el que escribieron una página brillante de la historia de la música española. OBK demostró anoche que siguen en plena forma y aún son capaces de hacer vibrar, sentir y emocionar al auditorio. En el concierto gratuito de las fiestas de Valdeluz reunieron a cerca de 3.000 personas, que le hicieron saber a Jordi Sánchez que estaban allí para pasárselo en grande.
Con Sergi Pérez Bert a los teclados y sintetizadores y Toni Buenadicha a la guitarra eléctrica, desde los primeros acordes OBK demostró que el tiempo solo les ha pasado factura en la apariencia, que no en la esencia. Es verdad que durante años fueron la referencia de la música electrónica más romántica de este país. Cierto es que marcaron un estilo que con acabaría por diluirse entre el panorama musical. Pero nadie vive de su pasado. Un cuarto de siglo después, Jordi Sánchez sigue pletórico. Consiguió meterse al público en el bolsillo invitándoles a participar en esos temas que toda una generación ha tarareado en alguna ocasión. Como cuando sonaron los acordes de ‘El cielo no entiende’. Erigido en maestro de ceremonias, Jordi Sánchez no fio nada a la improvisación: ‘Hay gente hablando y es importante la concentración. Hay gente grabando y nos la jugamos. Imaginar que el video se hace viral; así que cuento con vosotros’. Y el público coreó la letra a una sola voz.
Ni el ‘viento del Noroeste’ que sopló durante toda la actuación amilanó a OBK. Sobre el escenario de Valdeluz acreditaron por qué allá por los 90, cuando la música electrónica no tenía la difusión de hoy, fueron pioneros de un mercado aún sin explorar con un éxito sin precedentes. Lo fue un día y lo sigue siendo 25 años después. Con esa mirada entre inocente y traviesa y el bagaje que dan los años, Jordi Sánchez es el alma de un grupo que ha sido capaz de adaptarse a los tiempos. Años más tarde, las cerca de 3.000 gargantas que se dieron cita en Valdeluz pudieron comprobar que no ha perdido ni un ápice de carisma. Así quedó patente en temas como ‘Falsa moral’, ‘La princesa de mis sueños’, ‘De qué me sirve llorar’, ‘Lucifer’ o ‘Siempre tú’, que el auditorio entonó como si les fuera la vida.
Tras la marcha de Miguel Arjona en 2012, Jordi Sánchez decidió que tenía la firmeza necesaria para tirar del carro de OBK. “De corazón” es el último trabajo, que a finales de 2015 entraría en el top ten de los discos más vendidos de nuestro país. Una revisión de las mejores baladas de amor y desamor en la carrera del grupo con un nuevo enfoque en la producción, más melódico y menos electrónico, para acercarse a un público que solo les conoce por sus padres. Y por lo visto en Valdeluz, parece que esa revisión de las melodías y acordes ha surtido efecto. Versiones que conservan la emoción y genética del grupo a las que se han añadido nuevas instrumentaciones y rutas sonoras, mucho más equilibradas de lo que sus seguidores están acostumbrados y la mejor señal de hacia dónde caminan los derroteros por los que OBK quiere seguir. En los bises quedó patente esta nueva deriva. Con ‘Promise’, la prueba de que pueden hacer pop-dance sin renunciar a su espíritu. Con ‘I Feel Jesus’, una respetuosa y digna versión del ‘Personal Jesus’ de Depeche Mode, la banda inglesa más influyente en la trayectoria de OBK. Y por supuesto con ‘Historias de amor’, que en Valdeluz sonó mucho más enérgica, rítmica y fresca que nunca.
Junto a cerca de 3.000 enfervorizadas gargantas, OBK demostró en el concierto gratuito de Valdeluz que no es casual que hayan vendido más de 1’5 millones de copias. Que lleven 25 años al pie del cañón. Que con ese sonido renovado continúen a la vanguardia de la música pop electrónica. Que con ese inconfundible registro vocal, Jordi Sánchez sigue expresando situaciones y sentimientos colectivos que marcaron una época. “Una vez más, Valdeluz evidenció por qué es una de las citas musicales más esperadas del verano en Guadalajara; la multitudinaria respuesta del público confirma que la Comisión de Fiestas acertó de pleno al elegir en esta edición a OBK”, resume Miguel Cócera. El alcalde de Yebes también agradece el “entusiasta e inmenso trabajo organizativo” de las Concejalías de Fiestas y Cultura durante toda esta semana, personalizado en la figura de sus responsables José Antonio Real y Jon Perojo, respectivamente.