Puerta grande para los dos caballeros de la novillada de rejones
Tanto Joao María Branco como Ginés Cartagena cambiaron el sino de sus tardes con dos buenas faenas a sus segundos en suerte.
lunes 15 de agosto de 2016, 20:10h
Segunda de abono en la plaza de Las Cruces de Sigüenza, inaugurada hacía ayer exactamente 29 años, concretamente el catorce de agosto de 1987. Se lidiaron tres novillos toros de la ganadería de Eugenio Frías Piqueras, de Ciudad Real, y un cuarto de la Dehesa de Don Gerardo Martínez Atienza, de Espinosa de Henares, para los caballeros Joao María Branco y Ginés Cartagena.
El primer toro que se lidió en 1987 llevó por nombre Cantarero, el primero de la novillada de ayer fue Garrafero. Le correspondió en suerte a Joao Maria Branco. El caballero portugués ligó una faena lucida, clásica portuguesa, sin alardes, pero el rejón de muerte era chico y el toro muy hondo, por lo que no caló lo suficiente. Branco tuvo problemas con el descabello. “El toro era un poco basto, pero los caballos han andado muy bien, he hecho mi toreo de frente y con ligazón, pero el animal era muy alto y no tenía condiciones para el toreo al caballo. Y me faltó suelte con el rejón”, declaraba al final de la tarde. El portugués escuchó un aviso y pitos.
Ginés Cartagena hizo disfrutar al público con su primero, de nombre Deslucido, mostrando su habilidad y la doma de sus caballos –en total utilizo seis- El toro transmitió poco, y el de Benidorm acusó la luxación en el hombro que sufrió recientemente. “He disfrutado mucho la faena, pero todavía me cuesta matar. Ha sido una lástima, porque la gente estaba contenta y disfrutando. El público de Sigüenza es siempre cariñoso y respetuoso”, decía después de finiquitar a su primero tras varios pinchazos.
Con Barquero, de la ganadería de Dehesa de Don Gerardo Martínez, llegaba el triunfo de Branco. “Venía muy dispuesto porque ya había toreado aquí en Sigüenza el año pasado y me fui encantado por lo que tenía la responsabilidad de triunfar de nuevo. El segundo toro ha tenido otra condición. He sacado dos caballos nuevos que han andado muy bien, y sobre todo no he fallado con el rejón de muerte. Me voy contento y muy agradecido al público de Sigüenza”, terminaba el luso.
También en su segundo, de nombre Dolido, triunfó Ginés Cartagena, “que era lo que andaba buscando”, decía sonriente tras cruzar a hombros de Jesús Canfrán la puerta grande. “He cortado las orejas al toro más complicado, pero lo he disfrutado mucho, y creo que el púbico también se ha emocionado. Si la primera faena había sido calmada y suave, la segunda, ha sido una guerra. Había que colocar el toro, y prepararse rápido para clavar, porque arrollaba, había que pensar mucho y no dejar pensar al toro, pero creo que lo he conseguido”, decía el caballero.
Presidió la corrida Sonsoles Arcones, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Sigüenza.