Las empresas de CLM a la cola en el ránking nacional de digitalización
lunes 23 de octubre de 2017, 20:13h
El indicador para el conjunto de España se sitúa ligeramente por encima del indicador TICs de la media de la UE28
Las empresas de Madrid y Cataluña son las más avanzadas en el proceso de digitalización del tejido productivo español y el empresariado español se sitúa por encima de la media europea en la materia, si bien el 54,8% de las empresas no prevé invertir en la materia este año, según el Indicador sintético TICs 2016 elaborado por la Cámara de Comercio de España.
Las compañías del País Vasco y de la Rioja se sitúan en tercer y cuarto lugar en cuanto a posición digital. Por el contrario, Murcia, Castilla-La Mancha y Cantabria son las regiones en las que el indicador presenta un valor más moderado.
El indicador para el conjunto de España se sitúa ligeramente por encima del indicador TICs de la media de la UE28, lo que refleja que las empresas españolas están en parecidos niveles de digitalización de las empresas europeas.
Este indicador, incluido en el 'Observatorio de Competitividad Empresarial-Sociedad de la Información' de la Cámara de Comercio España, analiza cuatro ámbitos específicos de la digitalización: conectividad, web y redes sociales, e-business y capital humano en TIC's.
El informe constata que las empresas españolas están mejorando gradualmente su nivel de digitalización. Según el indicador sintético para las TICs, que elabora la Cámara de Comercio de España, se ha producido un crecimiento del 5,3% entre 2014 y 2016.
"Las empresas españolas poseen las infraestructuras necesarias para la digitalización y cuentan con recursos humanos adecuados para su uso", señala el estudio, que, sin embargo, apunta que la mayor debilidad se encuentra en los niveles más avanzados de digitalización, vinculados al e-business, como por ejemplo la utilización de servicios de cloud computing.
El 88% ve medio o alto su nivel de digitalización.-
El observatorio recoge también los resultados de una encuesta realizada a empresas españolas que revela que el 88% de las compañías consideran que su nivel de digitalización es medio o alto.
Los datos del estudio indican que las empresas españolas han superado una primera fase de digitalización, ya que sus niveles de conectividad y equipamiento son altos, si bien cuando se abordan cuestiones como la utilización de software de desarrollo empresarial o aplicaciones de gestión, los niveles son sensiblemente menores.
Otro aspecto de mejora es el uso que las empresas dan a las TICs, ya que solo un 30% declara utilizarlas habitualmente en sus procesos de compras y de ventas.
Sólo un 35% invertirá en TIC'S.-
Esta necesidad de mejorar sus niveles de digitalización contrasta con las previsiones de inversión, ya que más de la mitad (54,8%) no contempla destinar recursos a esta materia en 2017.
Solo un 35% de las empresas prevén invertir en TICs durante este ejercicio. El destino de esos recursos será, principalmente, adquirir equipamiento informático (74,1%), la seguridad y privacidad digital (71,1%) y el uso de Internet (un 65,5%).
En este último caso, especialmente irá destinado para proporcionar información y promocionar sus productos a través de la web corporativa y para agilizar sus relaciones con las administraciones públicas.
Efectos de la digitalización.-
Las empresas españolas son conscientes sobre los efectos positivos de la digitalización en la actividad empresarial. Según las compañías encuestadas, la digitalización influye principalmente sobre su imagen de marca y reputación, seguido del efecto directo sobre las relaciones, ya sea con clientes, con proveedores u otras empresas, para las que las TICs son una herramienta esencial.
Por el contrario, las empresas consideran que la digitalización tiene una influencia menor en la creación de empleo, la internacionalización o el crecimiento del tamaño de la empresa.
Entre los principales obstáculos a la digitalización resaltados por las empresas españolas sobresale la falta de conocimientos digitales por parte de los clientes (46,7%), la escasez de recursos para la inversión en TICs (46,7%) y el desarrollo incompleto de la Administración electrónica (39,6%).