José García Salinas se reincorpora a sus funciones en la Alcaldía de Cabanillas del Campo
El primer edil cabanillero ha permanecido varios días de baja, a causa de una pericarditis aguda, ya superada
martes 12 de diciembre de 2017, 20:10h
El primer edil de Cabanillas del Campo, José García Salinas, retoma este miércoles 13 su trabajo al frente de la Alcaldía de la localidad, tras permanecer unas semanas de baja, como consecuencia de un problema de salud. Esta circunstancia deja sin efecto el “Decreto de Alcaldía” firmado el pasado 21 de noviembre, por el que García Salinas traspasó sus delegaciones de modo temporal a la primera teniente de alcalde, Mari Carmen Martínez Moreno.
Salinas ha querido agradecer públicamente su interés a las personas que en estos días le han mostrado preocupación por lo sucedido, así como al equipo de profesionales sanitarios que le ha atendido hasta su recuperación. El alcalde también ha querido agradecer especialmente a los funcionarios municipales y al resto de concejales del Equipo de Gobierno -en especial a la teniente de alcalde- el sobreesfuerzo que han realizado estos días para suplir su ausencia.
Por otro lado, el alcalde ha querido ahora dar a conocer públicamente en qué ha consistido su dolencia, para acabar con una serie de rumores difundidos estas semanas dentro y fuera de la localidad, que no se ajustan a lo sucedido: “En un primer momento pensé que no debía hacer pública mi situación médica, porque consideraba que era un asunto estrictamente privado y personal. Pero ante la cantidad de comentarios que me han llegado, directa e indirectamente, he decidido finalmente dar cuenta de lo sucedido, para zanjar cualquier especulación”, señala el primer edil, quien además ha querido agradecer públicamente a los medios de comunicación de la provincia la discreción mantenida en estos días entorno a la situación.
En lo concreto, cabe reseñar que el alcalde de Cabanillas ha padecido un episodio de “pericarditis aguda”, una situación que en un primer momento provocó una notable insuficiencia cardíaca que, efectivamente, hizo temer que pudiera tratarse de un infarto de miocardio. Afortunadamente no sucedió así, y tras una única noche de hospitalización, y la correspondiente exploración, se descartó el infarto, y se diagnosticó la citada pericarditis (una inflamación súbita del saco membranoso que rodea al corazón).
En estas últimas semanas la dolencia ha desaparecido con un tratamiento de antibióticos y antiinflamatorios para atacar la infección, junto al reposo, habitual en estos casos, prescrito por los facultativos. Asimismo, cabe reseñar que los médicos especialistas han descartado también que el episodio haya producido ningún tipo de secuela.