Más de 80 caballistas participaron este sábado en la VI Trashumancia de Bueyes de Azañón, una cita cada vez más seguida por los amantes del mundo del toro y el caballo que, en esta ocasión, guiaron a tres paradas de toros mansos de las ganaderías de Andrea Ochaíta, Campo Bravo y Carlos Sopeña hasta los pies de las Tetas de Viana. Una vez allí, divididos en grupos con el objetivo de controlar mejor a los astados, los jinetes condujeron de nuevo a los cabestros hasta Azañón, donde se celebraba la festividad de San Juan Borracho, una fecha señalada e importante en el calendario de los azañoneros, pues es la primera fiesta del año y la que esperan con más ilusión por reunirse con sus familiares y amigos en una jornada de campo, romería, música y diversión.
Así, una vez cerrados los bueyes, los fieles sacaron la imagen de San Juan Borracho en procesión y la llevaron hasta su ermita, escoltados por decenas de caballistas. Una vez allí, se celebró una Santa Misa en honor al santo y una procesión en la que se bendijeron los campos, y, posteriormente, todos los asistentes disfrutaron de un vermú y una comida campera.
La jornada no terminó ahí, pues la Asociación de Amigos de Azañón y la Comisión de Festejos, responsables de la organización de la misma, programaron sendos conciertos en la carpa instalada de vuelta en Azañón. Adrián León, su voz y su guitarra, acompañados por un cajón, fueron los encargados de poner el ritmo en la tarde azañonera, mientras que Flamencopatía continuó con los compases flamencos ya caído el sol.
Más de 400 personas participaron en esta festividad de San Juan Borracho, lo que confirma que “cada año viene más gente, porque es un día muy bonito que esperamos con muchas ganas”, según asegura Chus Pérez, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Amigos de Azañón, que aprovecha, además, para agradecer la colaboración y ayuda que prestan en su desarrollo tanto los caballistas que participan en la trashumancia como los miembros de la asociación, de la Comisión de Festejos y todos los vecinos de la pedanía que ponen su granito de arena de ayuda desinteresada para garantizar que todo salga bien.