Seguramente hay muchísima gente en Castilla-La Mancha que no conoce a Emiliano García-Page. A grandes rasgos se puede decir de él que es un profesional de la política, de la que vive desde que era un adolescente; es discípulo de José Bono y José María Barreda y copartícipe de la ruina en la que dejaron Castilla-La Mancha; alcalde de Toledo en ocasiones y secretario general del PSOE en la región. Es, además, un machista que ha salido del armario sólo cuando se ha visto acorralado por su propio partido.
Page es muchas más cosas, claro, pero ha sido ahora cuando hemos conocido esa faceta suya que ha mantenido oculta hasta que no ha podido más. En una entrevista concedida a la agencia Europa Press ha dicho textualmente "los que dirigen el PP no saben hacer nada sin la chacha" y ha rematado tan desafortunado comentario añadiendo que "lo cierto y verdad es que no pienso que Cospedal (secretaria general) sepa pasar la aspiradora".
Hace tiempo que el líder de los socialistas vive en la indefinición y en ella parece encontrarse divinamente. Siempre a la sombra de Bono y Barreda se convirtió en el eterno aspirante, pero cuando le ha llegado la hora, el vértigo ha podido con él y el mal de altura lo ha destrozado.
En el PSOE regional, este partido que siempre alardea de paridad, hay muchas mujeres en primera línea dando la cara todos los días. Blanca Fernández, Cristina Maestre, Milagros Tolón...., ninguna de ellas ha censurado las palabras de su jefe.
No sé si Page sabe pasar la aspiradora o limpiar el polvo. Sí sabe vivir – muy bien – de la política y parece que ahora y sólo ahora que ve el chollo se le acaba empieza a poner su verdadera cara. A ver si nos sorprende y le escuchamos pedir perdón.