Según informa el diario británico Daily Mail el descubrimiento de la identidad de El Destripador fue realizado después de que un empresario identificado como Russell Edwards comprara 2007 el chal perteneciente a Catherine Eddowes, la segunda víctima del asesino, y entregara la ropa al doctor Jari Louhelainen, especializado en analizar pruebas genéticas de crímenes históricos.
Este doctror consiguió extraer el ADN del material, que contenía tanto la sangre de Eddowes como el semen de su asesino. Tras verificar que la pieza de tela pertenecía a la fallecida a través del estudio genético de sus descendientes, Louhelainen procedió a comparar el semen del asesino con los sospechosos de la época.
Kosminski, de 23 años en el momento de los asesinatos, era un peluquero polaco que había escapado de los pogromos rusos en 1880, y fue considerado en la época como uno de los sospechosos más probables.
Los documentos le señalaban como un "probable esquizofrénico paranoico con alucinaciones auditivas y propenso a la masturbación", de acuerdo con las notas del responsable de la investigación, el inspector jefe Donald Swanson.
La Policía sin embargo nunca consiguió recabar las pruebas necesarias para condenar a Kosminski, a pesar de que un testigo le situó en el escenario de uno de los crímenes.