El Ayuntamiento de Guadalajara guarda un minuto de silencio por el asesinato de dos guardias civiles en Barbate
Con una concentración a las 12:00 horas en la Plaza Mayor, mostrando el apoyo y solidaridad con las familias y el reconocimiento a la labor que realizan los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
lunes 12 de febrero de 2024, 19:54h
La Plaza Mayor de Guadalajara ha acogido este lunes una concentración convocada por el Ayuntamiento de Guadalajara en memoria de los guardias civiles asesinados tras ser embestidos por una narcolancha en Barbate (Cádiz).
El acto, al que se han sumado algunos vecinos de la ciudad, ha estado presidido por la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, junto a los representantes de los grupos políticos municipales, así como el presidente de la Diputación, José Luis Vega, y el delegado de la Junta, José Luis Escudero.
En declaraciones posteriores, Ana Guarinos, ha apuntado que “la Guardia Civil y el resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son los que velan por nuestra seguridad. Tenemos que cuidarles tal y como nos cuidan ellos a nosotros”, al tiempo que destacaba que, “son dos guardias civiles que han sido asesinados en acto de servicio. Nosotros debemos aportar todos los recursos y los medios necesarios, para proteger su vida y para que puedan realizar su trabajo en óptimas condiciones”.
Guarinos ha transmitido que este minuto de silencio “refleja el dolor y también la indignación y la rabia que siente toda la ciudadanía” y ha reiterado sus condolencias a la Guardia Civil, “y el cariño hacia los familiares y hacia los seres queridos de las personas que han sido asesinadas, que son quienes peor lo están pasando, trasladarles toda nuestra solidaridad desde el Ayuntamiento de Guadalajara”.
Este acto de recuerdo y de solidaridad, que se ha celebrado este mediodía en la Plaza Mayor de Guadalajara, respondía al llamamiento realizado por la Federación Española de Municipios y Provincias.
El acto ha concluido con un largo aplauso de los presentes en memoria de los guardias civiles asesinados, David Pérez y de Miguel Ángel Gómez, quienes tenían tan solo 39 y 43 años, y dejan huérfanos a tres niños de edades muy tempranas.