A lo largo del día de ayer, 14 de mayo, los aficionados al mundo del toro aún comentaban la faena de Iván Fandiño en las Ventas donde entró a matar su segundo de la tarde sin muleta. Puerta grande y admiración eterna. Otros y otras, en cambio, parecían más interesados en el nuevo look de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, mientras que los menos, ajenos por completo al día a día de la gente, preferían ir a contracorriente y defender en el Senado los derechos adquiridos en lo que fue su cortijo durante 28 años. Que te bajen del Audi a empujones duele.
El día de ayer sirvió para que las fuerzas políticas retomaran la campaña electoral, las reuniones y encuentros, las agendas de trabajo.... Y sirvió para mostrar, una vez más, las dos opciones tan radicalmente opuestas que ofrecen los principales partidos políticos en la región: reducción de diputados, eliminación de sueldos y privilegios, consolidación de los servicios sociales, empleo.... Y, por el contrario, más diputados, sueldos, privilegios, pedir sin tener, una tremenda irresponsabilidad a la hora de gestionar lo que es de todos, deuda....Y todo quedó plasmado en una mañana.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, llegó exactamente al hotel Tryp de Guadalajara a las 11:54. María Dolores Cospedal llegaría un poco más tarde (venía de celebrar el Consejo de Gobierno), apenas 10 minutos, y allí ya no cabía nadie más. Citado el mundo empresarial de la provincia, fue un encuentro un tanto extraño para una campaña electoral donde no se pidió el voto y no se cargó demasiado contra la herencia recibida; más bien sirvió para insuflar a los asistentes un optimismo más que necesario. "Estamos mejor que hace dos años", vinieron a decir los ponentes resaltando las buenas expectativas que presenta la economía española, que vuelve a contar en Europa.
"Estamos trabajando en la buena dirección", repitió Cospedal recordando también que hace dos años fueron capaces de hacer un diagnóstico y de tomar medidas muy duras, nada populares, "pero es que nos dieron la confianza no para ser los más populares de la clase sino para tomar decisiones" y arreglar la maltrecha situación de Castilla-La Mancha garantizando en el tiempo los servicios públicos. Un arreglo, por cierto y según matizó la líder popular, logrado entre todos por lo que no dudó en agradecer a los empresarios su papel en todo el proceso.
Más o menos a esa misma hora y en el Senado, Page hacía del pataleo un arte criticando la reforma del Estatuto de Autonomía y olvidando la que su jefe de filas por aquél entonces, José María Barreda, llevó a cabo para intentar que el PSOE siguiera gobernando a pesar de perder las elecciones.
Dos formas de ver la vida y dos formas de hacer política. Como Page siga por este camino se va a dar un coscorrón.