El momento álgido de la Cuaresma se vivió cuando los escaricheros cantaron el himno de la Virgen de las Angustias después de la que la Procesión del Santo Entierro llegara a su destino final en la Ermita de la patrona de la villa alcarreña. Antes, Carlos Ablanque y Ana María Machón habían cantado dos saetas y recitado una poesía respectivamente, al Nazareno y a la Virgen