El innovador material, originalmente destinado a las alas de los aviones, tiene la capacidad de rellenar las pequeñas grietas que se formen en la estructura de la misma forma que haría la coagulación de la sangre humana en las heridas superficiales.
El producto está integrado por diferentes compuestos químicos a base de carbono que, al aparecer la grieta, origina miles de esferas microscópicas reparadoras que se pegan a sus bordes.
Este moderno sistema de tecnología ha sido desarrollado por un equipo de la Universidad de Bristol de Inglaterra, dirigido por el químico Duncan Wass, y presentado el mes pasado en una reunión de la Royal Society en Londres.