Artículo de opinión de María Luisa Soriano Martín, Secretaria Nacional de Agricultura y Medioambiente del Partido Popular
“El Gobierno de García-Page se está concentrando exclusivamente en desmontar lo que ha realizado el Gobierno de Cospedal”
Redacción | Jueves 03 de septiembre de 2015
Despreciar y odiar son dos conceptos similares, con la única diferencia que el desprecio lleva aparejado un sentimiento de superioridad. Cuando el Consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Rural ha dicho que la Cumbre del Vino “no ha supuesto nada para el sector” está demostrando una profunda falta de respeto y reconocimiento, no al Gobierno del PP que organizó la Cumbre, sino al sector vitivinícola de Castilla-La Mancha que se volcó en ella.
El Gobierno de García-Page se está concentrando exclusivamente en desmontar lo que ha realizado el Gobierno de Cospedal, y eso les lleva a despreciar cualquier cosa que les aparte de ese único objetivo; lo cual explica la carencia absoluta de ideas y de madurez política.
Sobre la Cumbre del Vino el sector ha dicho osas como las siguientes: “La Cumbre será un altavoz a nivel mundial de las bondades y potencialidad de nuestros vinos” (Pedro Barato, ASAJA); “La Cumbre es un forma de generar notoriedad para los vinos de la región y de transmitir la imagen de vino de calidad, además de estar en contacto con los compañeros del sector, conocer gente nueva o aprender más de otros mercados y de temas legislativos” (Diana Moreno, Gerente de la D.O. Uclés); “La Cumbre del Vino es indispensable en nuestro país y supone un beneficio para el vino de Castilla-La Mancha y para el vino español” (Isabel Mijares, Presidenta de la Federación Internacional de Periodistas y Escritores del Vino); “La Cumbre sirve para ayudar a las empresas vitivinícolas a reflexionar sobre qué decisiones tomar, hacia dónde enfocar su actividad y enseñar a cómo actuar en los diferentes mercados” (Rafael del Rey, Director del Observatorio Español del Mercado del Vino). “La Cumbre Internacional es un acontecimiento que demuestra la identidad de una región que apuesta por la calidad y la promoción” (Gregorio Martín-Zarco, Presidente de la D.O. La Mancha). “La Cumbre Internacional del Vino me parece una excelente iniciativa. Espero que adquiera solera y se celebre, por lo menos, una al año. Es una iniciativa absolutamente necesaria para que el sector consiga dos grandes objetivos: la internacionalización con marca y la recuperación del consumo español interno” (José Luis Bonet, Presidente de Freixenet).
Podría seguir citando innumerables reflexiones de los representantes del sector sobre el éxito que ha tenido la Cumbre Internacional del Vino, pero resumo todas en un dato: fueron más de 45.000 las personas que participaron en la última edición de este evento. La Cumbre Internacional del Vino ha puesto al mayor viñedo del mundo, que es Castilla-La Mancha, en el centro de la opinión pública internacional y ha servido de escaparate para proyectar a nivel mundial la imagen moderna y de alta calidad que tienen los vinos de la región. Es decir, ha ayudado a crear prestigio, un elemento esencial para ser competitivo en los mercados.
Decir despreciativamente que la Cumbre no ha supuesto nada para el sector, sin más, sin aportar ni un solo dato, sin dar un solo argumento que sostenga esa sentencia, es un ejercicio de soberbia incontenible y una muestra de debilidad política; un siniestro deseo de convertir el éxito del adversario en fracaso, cuando su legado político - cuando fue Director General de la Consejería de Agricultura que ahora dirige-, fue de 72.000 hectáreas de viñedo arrancadas, lo que supuso un cambio desolador en el paisaje de la región y que miles de agricultores vieran con pesar cómo se arrancaban las viñas que sus abuelos pusieron.
Ahora el Gobierno de García-Page llega con su estrategia política del agitprop y difunde falsedades y disemina tenebrosamente información embustera para confundir y engañar, para desprestigiar. Es rotundamente falso que no se hayan pagado las facturas de la Cumbre Internacional del Vino como el Consejero de Agricultura y el portavoz del Gobierno han dicho. Hay un documento contable de Geacam, de fecha 3 de Junio, que recoge todos los pagos efectuados a las empresas que han participado y otro documento de Obligación del gasto de la Dirección General de Infraestructuras y Desarrollo Rural, de fecha 24 de Junio, para la transferencia a Geacam de la aportación de la Junta. Todas las empresas, que se contrataron legalmente y sin tratos de favor, han cobrado los servicios que han prestado, a diferencia de lo que hizo el Gobierno socialista, que dejó sin pagar y cavó un agujero económico insoportable para muchas empresas; y a diferencia también de la opaca contabilidad del presidente García-Page, que ha ocultado durante tres años su patrimonio a todos los Españoles - en el Senado-, y a todos los toledanos y castellano-manchegos - en el Ayuntamiento de Toledo-.
Además, quiero recordar al Gobierno de García-Page que en la legislatura del Gobierno de Cospedal se ha hecho el mayor esfuerzo modernizador en el sector del vino de los últimos 30 años, lo que ha permitido dar un salto de calidad al sector que se ha visto reflejado en el fuerte incremento de las ventas y exportaciones.
En esos 4 años se han concedido 274 millones de euros en ayudas para reestructurar más de 51.000 hectáreas de viñedo y otros 119,5 millones en modernización y mejora de los procesos de producción en bodegas y cooperativas de la región, lo que suman más de 393 millones, que han hecho más competitivo y moderno al sector del vino.
En ese tiempo el valor de las exportaciones se ha disparado un 37% en volumen y un 59% en valor, para superar los 1.124 millones de litros y alcanzar una facturación de 569 millones de euros. Esto ha llevado a que Castilla-La Mancha lidere por primera vez las exportaciones españolas de vino en lo que se refiere a facturación, imponiéndose a Cataluña, que tradicionalmente había sido la que mayores ventas exteriores realizaba.
Además, hay que destacar la importancia del vino para la balanza comercial de la región, ya que presenta un superávit de 568 millones de euros –al importar vino por solo 1 millón de euros-, lo que ha supuesto un importante valor neto que se queda en la región y repercute en la mejora de la riqueza y del empleo.
Este éxito, indudablemente, se debe a la espléndida labor de viticultores, bodegas y cooperativas y a los importantes esfuerzos realizados por el sector, y, humildemente, quiero pensar que durante el tiempo que hemos estado dirigiendo la administración de Castilla-La Mancha, algo hemos contribuido también a la comercialización y promoción de nuestros vinos. Algo que hemos hecho con transparencia, honradez y mucho trabajo.
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