Sam Dubberley, de EMHub, recuerda que, “en el pasado, un fotógrafo profesional llegaría a la escena tal vez diez minutos después del incidente”. Sin embargo, “ahora estamos viendo diez ángulos diferentes sobre exactamente cómo sucede ese incidente.”
Nos enfrentamos a diario a una avalancha de imágenes y “estos diferentes cambios del flujo de trabajo han tenido un enorme impacto en el contenido traumático”. El informe detalla la prevalencia de imágenes en las redacciones y el impacto en los periodistas y trabajadores de derechos humanos.
¿Cómo nos afecta?
Más de la mitad de los periodistas que participaron en el estudio señaló que visualiza imágenes de testigos varias veces a la semana, y casi el 40% dijo que no tenía efectos adversos altos o muy altos en su vida personal. El 16% agregó que este hecho sí afectó a su vida profesional.
La experta en derechos humanos y co-autora del informe, Liz Griffin, sostiene que los periodistas que trabajan en el campo y en la “primera línea digital” deben ser tratados de la misma manera, y se le debe atender frente a los riesgos del trabajo.
Al menos las tres cuartas partes de los entrevistados sostuvo que estarían más afectados si no hubieran tenido tiempo de prepararse. Para resolver este problema, el propio informe indica que se deben tomar pequeños descansos, tener redes de apoyo, y acceder a capacitaciones.