Redacción | Lunes 18 de enero de 2016
En la celebración que cada año tiene lugar en la Ermita que comparten, en la entrada misma a la villa ducal, la Virgen del Val y el patrono de los animales
Pastrana ha celebró ayer la festividad de San Antón en la Ermita que recibe al visitante que llega a la villa ducal desde Guadalajara y que el patrono de los animales comparte con la Virgen del Val, o del valle. Y aunque en la noche del sábado la temperatura en La Alcarria bajaba por debajo de los cero grados, en las horas centrales del día de ayer, el sol dulcificaba el ambiente, por lo que los pastraneros acudieron, como suelen, en buen número a celebrar el día de San Antón al entorno de la Ermita.
Allí, hace unos años, el Ayuntamiento acondicionó un merendero para solaz de los vecinos que en celebraciones como la de San Antón, adquiere todo su protagonismo. Cerca de doscientas personas se acercaron hasta allí para compartir un agradable día de comida campera, en el que han asado carne, compartido el vino de la tierra y terminado con las 'caridades', la torta del día del Santo, como postre. “Un día de sol, de aire limpio, de esos en los que da gusto estar en el campo”, comentaba en la mañana de ayer Ignacio Ranera, alcalde de Pastrana, que fue uno de los que acudieron a la cita.
A partir de las 16:00 horas, según la costumbre, mientras unos feligreses colocaban la imagen del Santo a la puerta de la Ermita, otros acercaban hasta el lugar a perros, gatos, pájaros y hasta caballos, que fueron rociados con agua bendita por el párroco local, Emilio Esteban. Además también es costumbre en Pastrana bendecir las 'caridades'.
Don Emilio leyó la oración dedicada a San Antón, antes de bendecir con el hisopo a mascotas y dueños. El párroco tuvo también un momento para contar alguna cosa sobre el protagonista del día. “San Antón vivió 105 años, muchos de ellos como eremita en Egipto, entre los siglos III y IV. Se dedicó a la oración, y después vivió en comunidad. Fue protector de los animales, pero también modelo de la vida de recogimiento. Ayudó a muchísimas personas que buscaron sus consejos”, recordó.
La receta de las caridades de Pastrana es sencilla, pero suculenta. Para hacerlas se necesita un litro de aceite, de oliva o de girasol. Aparte, se cuece otro litro de agua con cáscara de naranja y de limón y un puñado grande de anisillos, o matalahúva, como se los conoce también en Pastrana. Ese cocimiento se mezcla con el aceite, la harina, el huevo y la levadura de pan, o royal, que también salen bien con ella. Después se amasa y se hornea. Cuando salen, se les añade azúcar, y ya están listas. Los pastraneros aseguran que saben mucho mejor bendecidas.
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