El programa científico y espacial chino se ha llevado a cabo en un tiempo récord. Las primeras noticias que tuvimos de FAST datan del año 2011, aunque por aquel entonces los más de 9.000 habitantes de la provincia de Guizhou, no sabían que tendrían que ser desalojados de sus casas para no provocar interferencias en el aparato.
El mayor radiotelescopio del mundo se hallaba, hasta ahora, en Puerto Rico, y de él se ha tomado el modelo para mejorar su sensibilidad, e incluso su rapidez, pues se espera que la versión china sea hasta diez veces más ligera que la original.
Los responsables del proyecto, cuyo valor estiman en más de 100 millones de euros, calculan que FAST podrá observar un millón de estrellas y los planetas a su alrededor en busca de indicios de civilizaciones avanzadas.
Nan Rendong, jefe científico del proyecto, ha adelantado que "será similar a otros radiotelescopios, y buscará posibles comunicaciones alienígenas, sobre todo en la banda de 18 a 21 centímetros".
"Se espera que FAST escuche señales más lejanas que cualquier otro instrumento, esa distancia al final no solo depende en el poder de nuestro plano, sino en el poder de transmisión de los alienígenas", destaca. "Desde un punto de vista personal, me pregunto sobre la naturaleza de otras civilizaciones y sobre cuánto pueden durar".