La fecha cumbre de la batalla de la Coruña fue precisamente en la que se impartió la conferencia, el catorce de mayo, pero de 1589
Redacción | Lunes 16 de mayo de 2016
El profesor Luis Gorrochategui disertó este fin de semana una charla sobre la 'Contra Armada, María Pita, Drake y las banderas de Sigüenza, una victoria en tiempos de Cervantes', en la que resumió la investigación que ha dado origen a su libro Contra Armada. La mayor catástrofe naval de la historia de Inglaterra. Fue la conferencia inaugural de la iniciativa Sigüenza Universitaria, que comenzó hace unas semanas.
Este es el segundo trabajo de Gorrochategui sobre un episodio histórico tan “desconocido como trascendente para la historia moderna”, valoró. Un año después de que Felipe II enviara Armada, bautizada por los historiadores ingleses como Invencible (1588), “aunque en España nunca fuera conocida como tal, sino como Grande y Felicísima Armada”, aclaró el profesor, Isabel I envió una Contra Armada, con la intención de destruir los barcos de guerra españoles, “que en su gran mayoría habían regresado al puerto de Santander”, mientras aún estaban en reparación. Según el historiador, los objetivos del ataque eran hacer desaparecer la flota española del Atlántico, tomar Lisboa, secesionar Portugal de España, y entronizar al pretendiente bastardo portugués, primo de Felipe II, Don Antonio prior de Crato, a quien los nobles de su país no querían, pero sí una buena parte del pueblo. Así se colapsaría el imperio español y penetrarían en Sudamérica.
Corría el año 1589 cuando se izaron las velas de los navíos ingleses en el puerto de Plymouth. “Lo que estaba en juego era, nada más y nada menos, que el destino de Europa y de América”, explicó Gorrochategui. La flota zarpó a finales de abril de aquel año, inicialmente con la idea de llegar a Santander. Isabel I no podía sufragar su coste, así que encargó su flete a armadores privados, y su dirección y almirantazgo a Sir Francis Drake y Sir John Norreys (Norris). Gorrochategui expuso que la Contra Armada cambiaría su destino inicial y, en lugar de arribar en Santander, según un pacto secreto, acabaría llegando a La Coruña. El acuerdo era pagar el coste de la flota con el saqueo de Lisboa.
El libro de conferenciante expone que la ciudad gallega se defendió con bravura del asalto, repelió la flota, produjo infinidad de daños y retrasos a la Contra Armada, que perdería miles de hombres en el intento. “Cuando por fin los barcos ingleses llegan a Lisboa, están divididos y desmoralizados. Drake y Norris no se ponían de acuerdo sobre la estrategia a seguir. No atacaron Lisboa frontalmente, dividieron sus fuerzas en dos, y fueron 5.000 soldados viejos de los tercios españoles quienes los rechazaron”, citó. Los ingleses se dieron a la fuga, perdieron infinidad de hombres, en la que Gorrochategui calificó de “una gigantesca derrota inglesa”. Según el ponente, los datos son que de los 27.667 hombres que salieron de Plymouth, sólo se presentaron a cobrar la paga 3.722, a los que habría que añadir algunos gentlemen. “No hubo más de 5.000 supervivientes”, afirmó.
Los hechos expuestos sucedieron apenas un año después de la derrota de la Armada Invencible. “Desde el primer momento los propagandistas ingleses escribieron relatos para ocultar lo que había pasado y para intentar librar a Drake y Norris de la responsabilidad histórica de la derrota y de la ira de la reina”, afirmó el profesor. Estos relatos “ficticios”, calificó el ponente, fueron utilizados para escribir la escasísima bibliografía disponible sobre este episodio histórico. “Los ingleses enterraron esta verdad histórica bajo siete losas, y como los españoles tampoco estábamos orgullosos del fracaso anterior de la Gran Armada, puesto que España era en ese momento la primera potencia e Inglaterra era un país de segundo orden, la derrota de la Contra Armada se diluyó poco a poco en el tiempo”, explicó el historiador.
España no le dio un tratamiento propagandístico al hecho y, en el siglo XIX la Inglaterra Victoriana lo hizo desaparecer completamente de la historia, a lo que se unió “nuestro retraso historiográfico, bibliográfico, por lo que no hemos podido contar con una producción bibliográfica e historiográfica que pudiera atestiguar los hechos, y buena prueba de ello es que las banderas que se conservan en Sigüenza estaban olvidadas”, afirmó Gorrochategui.
El profesor ha publicado ya dos libros sobre el episodio. El primero, sobre el acontecido en Coruña, “para el que me documenté, fundamentalmente, con bibliografía previa local”, lo que le animó “a iniciar la aventura de contar lo que nadie había contado, la gran historia olvidada de la Contra Armada inglesa”, dijo.
Buscando bibliografía, catálogos antiguos del siglo XIX, el historiador localizó un diario español, inédito, en la Biblioteca Nacional, y después hizo lo propio con varios manuscritos más, en este caso portugueses, “lo que me dio una idea aproximada de lo que pudo pasar”, explicó. A continuación empezaron sus viajes al Archivo de Simancas (Valladolid). “Durante más de dos años de investigación descubrí muchos otros documentos inéditos, lo que me permitió reconstruir las operaciones militares de aquel hecho, lo que nadie nunca había contado, de manera que ahora son los propios ingleses quienes van a publicar el libro, porque ellos saben poco de lo que sucedió con la Contra Armada”.
En el siglo XVI España era la primera potencia mundial. “El hecho que Inglaterra sobreviviese al ataque de la Armada Invencible fue un hecho inesperado, de manera que el mismo año que aconteció, se escribieron panfletos, fundieron medallas y monedas, pintaron cuadros y se escribieron canciones en toda la Europa protestante como acciones propagandísticas de la victoria. Su uso fue magistral por parte de Inglaterra, convirtiendo a la Armada Invencible en un mito histórico”, valoró el profesor.
Sin embargo, “España no perdió esa guerra, y con eso consiguió la pervivencia de los que hoy llamamos Iberoamérica”. En palabras del profesor, si la Contra Armada hubiera tenido éxito, Iberoamérica no sería tal como hoy la conocemos. La catástrofe española se debió a los naufragios en el viaje de vuelta. La catástrofe de la Contra Armada a que, una vez derrotados, en el regreso, la peste y el hambre diezmaron los barcos ingleses. Los españoles habían hecho táctica de tierra quemada y no les habían dejado avituallarse ni en La Coruña, ni en Lisboa, lo que al final desencadenó una epidemia virulenta y una hambruna que vacío muchos barcos.
La fecha cumbre de la batalla de la Coruña fue precisamente en la que se impartió la conferencia, el catorce de mayo, pero de 1589, momento en el que los ingleses lanzaron su ataque final contra La Coruña. Después de dos horas de lucha y miles de muertos y heridos, los ingleses cejan en su empeño y se retiran. En Lisboa, el 3 de junio 1589, los españoles lanzan un ataque contra el campamento inglés en el que muere el coronel Brett y muchos de los capitanes. El 5 de junio, el regimiento que dirigía Sancho Bravo captura, después de matar a más de 200 ingleses, las dos banderas inglesas que se conservan en Sigüenza, entre Lisboa y Cascáis. El doncel de Sigüenza, Martín Vázquez de Arce, era tío-abuelo de Sancho Bravo, por lo que las banderas estuvieron expuestas en una de las capillas de la Catedral, para después terminar en el olvido. Ahora está a punto de terminarse su restauración, que culminará con su posterior exhibición pública.
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