Un equipo de científicos del Instituto de Investigación del Suroeste (Estados Unidos), liderado por Isaac Smith, ha llegado a esta conclusión tras analizar datos de radar recogidos por el Orbitador de Reconocimiento de Marte, una nave espacial de la NASA lanzada en 2005 para avanzar en el conocimiento del planeta rojo.
El estudio, publicado en la revista 'Science', señala que comprender el clima de Marte ayudará a determinar cuándo este planeta fue habitable en el pasado y la forma en que ha cambiado, así como a elaborar investigaciones sobre el cambio climático en la Tierra.
Hasta ahora, los modelos científicos sugerían que Marte pasó edades de hielo en el pasado, pero los datos empíricos que confirmaran esta hipótesis han sido escasos.
Los científicos del Instituto de Investigación del Suroeste señalan que, a medida que el hielo se erosiona, el viento puede crear depresiones en espiral y otros rasgos distintivos. Analizar esas formas dentro de la capa helada puede revelar cambios en la acumulación y el flujo de hielo en el pasado y, por lo tanto, los cambios en el clima.
Mientras que la capa de hielo en el sur de Marte es relativamente pequeña y está alterada por impactos de meteoritos, los investigadores rastrearon las masas heladas en el norte y hallaron que las capas y las rutas de desplazamiento del hielo aumentan de forma abrupta en pendiente, en dirección inversa o están completamente enterradas, lo que sugiere que el planeta está saliendo actualmente de una edad de hielo.
87.000 kilómetros cúbicos de hielo
Las edades de hielo en Marte están impulsadas por procesos similares a los de la Tierra, es decir, los cambios cíclicos a largo plazo de la órbita y la inclinación del planeta afectan a la cantidad de radiación solar que llega a cada latitud.
Como la Tierra, Marte experimenta hoy en día ciclos anuales de rotación y estacionales, así como ciclos más largos, que influyen en la distribución del hielo. Sin embargo, esos ciclos largos pueden ser más pronunciados en el planeta rojo debido a que su inclinación cambia sustancialmente (hasta 60 grados) en escalas de tiempo de cientos a miles de millones de años.
En comparación, la inclinación de la Tierra varía sólo alrededor de dos grados en el mismo periodo. En Marte, esta mayor variabilidad determina la cantidad de luz solar que llega a un punto determinado en la superficie y, por tanto, la estabilidad del hielo en todas las latitudes.
"Debido a que el clima en Marte fluctúa con mayores oscilaciones en la inclinación del eje y el hielo se distribuye de forma diferente en cada oscilación, Marte se vería sustancialmente diferente en el pasado que en la actualidad", apunta Smith, quien añade que, debido a que este planeta no tiene actualmente océanos, "representa un 'laboratorio' simplificado para la comprensión de la ciencia del clima en la Tierra".
Las mediciones detalladas del hielo muestran que se han acumulado 87.000 kilómetros cúbicos helados desde el final de la última edad de hielo hace unos 370.000 años, la mayor parte en el polo norte. Este volumen equivale a una capa de 60 centímetros si se extiende uniformemente sobre la superficie de Marte.