El informe, que detalla los riesgos que afrontan los adolescentes en su huida para escapar del conflicto, la desesperación y la pobreza, estima que un total de 7.009 menores no acompañados realizaron la travesía desde África del norte hasta Italia en los primeros cinco meses del año, el doble que el año pasado en el mismo periodo.
Unicef destacó que los trabajadores sociales italianos les dijeron que tanto niñas como niños habían sufrido agresiones sexuales y les habían obligado a prostituirse en Libia, y que algunas de las jóvenes estaban embarazadas cuando llegaron a Italia, después de haber sido violadas.
"Si tratas de escapar, te disparan y mueres. Si dejas de trabajar, te golpean. Era igual que la esclavitud", explicó Aimamo Jawnoh, en referencia a la granja en Libia en la que tanto él como su hermano gemelo trabajaron durante dos meses para pagar a los traficantes. "Una vez estaba descansando solo por cinco minutos y un hombre me golpeó con un palo. Después de trabajar te encerraban", añadió.
Sin embargo, la organización explicó que debido a la naturaleza ilícita de las operaciones derivadas de la trata de seres humanos, no hay cifras fiables sobre el número de refugiados y migrantes que mueren, que son víctimas del trabajo forzado o la prostitución o que permanecen detenidos indefinidamente.