TECNOLOGÍAS

Uso de las tabletas en niños

Redacción | Domingo 26 de junio de 2016
Han pasado seis años desde el lanzamiento del iPad y, con él, del posterior renacimiento de las computadoras en formato de tableta. Las investigaciones académicas no han podido "ponerse al día" con el tema...

Aún es difícil conocer el impacto a largo plazo que tiene sobre el cerebro la exposición a las tabletas y a los smartphones.

Algunos expertos creen que ciertos usos podrían estar alterando negativamente el cerebro de los niños, y les preocupa que se resienta su capacidad de atención, así como su motricidad, sus aptitudes lingüísticas y su visión, especialmente en los niños menores de 5 años, cuyos cerebros se encuentran en pleno desarrollo.

Las empresas de tecnología y los desarrolladores de aplicaciones están poniendo en práctica todas sus habilidades de marketing para abordar el problema, y colocan en sus productos palabras como "educativo" o "e-aprendizaje", a menudo sin ninguna base científica. Entonces, ¿qué pueden hacer los padres?

Las nuevas tecnologías siempre han sido recibidas con cierta aprensión. Hace casi 2500 años, Sócrates se mostró en contra de la difusión de la lengua escrita, argumentando que socavaría la memoria y la sabiduría. En el siglo XV, fue la imprenta la que disparó la alarma moral. Los monjes benedictinos, que obtenían ganancias por copiar a mano material de lectura, se opusieron a la mecanización de la imprenta diciendo: "Ellos imprimen sin ningún pudor, a costos mínimos, materiales que, ¡ay!, pueden exacerbar a los jóvenes más impresionables".

Cuando llegó la radio también fue recibida como una amenaza; se la acusaba de distraer a los niños de su tarea. Un artículo publicado en 1936 en la revista Gramophoneinformaba que la juventud había "desarrollado el hábito de dividir su atención entre la monótona preparación de sus tareas escolares y el cautivador estímulo del altavoz".

No obstante, pocas tecnologías han invadido nuestra vida y la de nuestros hijos tan sigilosamente como lo han hecho las computadoras portátiles, en especial las tabletas y los smartphones. El tamaño de estos dispositivos resulta ideal para las manos pequeñas y sus pantallas táctiles pueden ser manipuladas fácilmente con dedos diminutos. Además, hay tanto para hacer con estos dispositivos: ver videos, jugar, dibujar o charlar con familiares que viven lejos.

En 2011, un año después del lanzamiento del iPad, apenas un 10% de los niños estadounidenses menores de dos años había empezado a utilizar tabletas o smartphones. Para el año 2013, esa cifra casi se había cuatriplicado. En 2015, un estudio francés reveló que el 58% de los menores de dos años ya había utilizado tabletas o teléfonos móviles.

Las consecuencias del uso prolongado de estos dispositivos no están demasiado claras. La Asociación Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en idioma inglés) peca de prudente porque recomienda que los menores de dos años no usen dispositivos con pantalla y que los niños por encima de esa edad pueden hacerlo apenas dos horas por día. Este tipo de restricciones no tienen en cuenta la cantidad de personas que ya ha integrado estos dispositivos a la vida de sus hijos, ni refleja la posibilidad de que ciertas interacciones sí podrían resultar beneficiosas.

"Si su hijo menor de dos años utiliza una pantalla, eso no tiene por qué ser necesariamente tóxico para su cerebro: no se va a volver tonto por eso", señala Michael Rich, quien es profesor adjunto de pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard y también es miembro de la AAP. "Pero hay potenciales desventajas y los padres deben hacer su análisis de los riesgos y beneficios". Ahora, la AAP se encuentra en proceso de revisión de sus pautas, las que se publicarán a finales del año 2016.


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