Redacción | Lunes 18 de julio de 2016
La patrona de los marineros salió el sábado en procesión sobre las aguas del pantano
Como ocurre cada año desde hace cuarenta y siete, la Virgen del Carmen salió en procesión el sábado, día 16 de julio, fecha de su onomástica, desde el pantalán de la Urbanización Las Anclas de Pareja. Comenzó a celebrarse esta fiesta en honor a la patrona de los marineros a finales de los años sesenta, a semejanza de tantas otras que desde antaño se vienen celebrando en numerosas poblaciones costeras, tratándose de una procesión singular, por realizarse en aguas de interior.
“Todo el que le guste el agua, pase largos periodos en su orilla y patronee o haya patroneado una embarcación, tiene un cariño especial por la Virgen del Carmen. Su escapulario es muy largo, y te puede salvar, no sólo en el mar, sino también de las tempestades a las que hay que enfrentarse a veces en la vida”, explicaba Francisco Domínguez, presidente del Club Nautico de Castilla que convoca el acto. “La capilla de Las Anclas está dedicada a la advocación de la Virgen del Carmen, y, por lo tanto, todos los años se hace una procesión marinera en honor a la patrona”, explica el párroco de Pareja, Javier Lucía.
A partir de las 17.30 horas, la Señora, una talla preciosa en madera, salía, ya perfectamente engalanada, precisamente desde la capilla en la que mora todo el año. La imagen la compraron los miembros del club con motivo de la boda de uno de los hijos del entonces promotor de la urbanización y presidente del Banco de Valladolid. Conducida por los fieles, llegaba hasta una de las embarcaciones de las que tiene en propiedad el Club con sede en Las Anclas. “La tradición impone que procesione en barco de marinero”, señalaba el comodoro del Club y responsable del área deportiva y de restauración, Javier Blánquez.
Al filo de las 18:00 horas, con el párroco de Pareja, Javier Lucía, a bordo, la embarcación, que presidía la imagen de la Virgen, le daba popa al pantalán, después de que el comodoro hiciera sonar por tres veces la bocina que anunciaba la salida, también para el público que la presenciaba en la lejanía. Sonaba entonces el himno nacional, mientras la primera embarcación comenzaba a dejar su estela sobre las aguas de Entrepeñas.
La Virgen del Carmen había sido bellamente engalanada para la ocasión, como se ha hecho invariable e ininterrumpidamente desde la primera edición, con sólo un leve cambio en el lugar en el que se oficia la ceremonia religiosa al término de la procesión. Antes, se llevaba a cabo en el mismo pantalán, sobre las aguas. Ahora se convoca en la capilla, para permitir que acudan fieles de otras urbanizaciones, como Peñalagos, y también desde Pareja.
En la procesión, los barcos guardan el orden establecido. Detrás de la Virgen del Camen salieron los veleros, que marcan la velocidad del resto, y detrás, las embarcaciones deportivas, motoras deportivas y las familiares o cabinadas. Los primeros habían adornado sus jarcias y palos con las banderas y señales que se utilizan para comunicarse a distancia en el agua. Fueron 24 las embarcaciones que siguieron la estela que la Señora dejaba sobre el pantano de Entrepeñas.
Antiguamente, la procesión rodeaba la conocida como Isla del Rinoceronte hasta avistar la Urbanización de Las Brisas. En el camino de ida, por poniente, la procesión tocaba las orillas de Chillarón del Rey, Durón y Alocén. Después de cumplir el camino de ida, las embarcaciones se arremolinaron en torno a la principal. Allí, todas recibieron la bendición de Javier Lucía, antes de emprender el camino de vuelta, en esta ocasión por la ribera de poniente, la de Pareja, después de recorrer cuatro millas nauticas.
“Nos acogemos a la protección de la Virgen del Carmen, que es la patrona de los carmelitas desde la fundación de la orden en tierra santa, en el Monte Carmelo. En España sucedió a San Telmo como patrona de los marineros”, recordaba ayer Lucía. En el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen en España, el almirante mallorquín Antonio Barceló impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía. Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo por el de la Virgen del Carmen.
Probablemente el milagro más conocido de la Virgen del Carmen se produjo en 1845, cuando según la tradición católica salvó del naufragio a un barco inglés. “Tiraron al mar un escapulario, y desde ese momento solo llegó una ola más, devolviendo el escapulario que calmó la tormenta”, recordaba el párroco de Pareja.
Después de la que la Señora llegara de vuelta al pantalán, subió en procesión por las calles de Las Anclas hasta la Capilla, donde, a partir de las ocho de la tarde, Lucía ofició la ceremonia religiosa. El alcalde de Pareja, Javier del Río y los concejales Ricardo Fernández e Inocente del Río acompañaron a los fieles en la celebración en Las Anclas. “A los integrantes de la corporación municipal nos enorgullece poder participar en este bonito homenaje a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, que celebramos desde hace décadas en aguas de Entrepeñas y en la parejana urbanización de Las Anclas. Además es un buen momento para apreciar el magnífico entorno natural de Pareja, en este caso desde las aguas de Entrepeñas”, valoraba Javier del Río, alcalde de Pareja.
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