CULTURA

El historiador Aurelio García, prologa la Semana Cultural de Tamajón

Con una conferencia en la que habló sobre la relación entre la familia Mendoza y la villa agallonera, recordando que los príncipes de Éboli fueron también señores de Tamajón

Redacción | Martes 09 de agosto de 2016
Aurelio García prologó este sábado la Semana Cultural de Tamajón. Lo hizo con una conferencia en la que a grandes rasgos, pero dejando caer detalles precisos, desglosó la historia de la villa, centrándose principalmente en el señorío de los príncipes de Eboli. El historiador fue presentado por el alcalde agallonero, Eugenio Esteban, quien lo calificó como “amigo de Tamajón” y pluma imprescindible para desentrañar los misterios de “nuestro pequeño pasado”.

La disertación del historiador y escritor se centró en el periodo en el que el primer miembro de la familia Mendocina que se convirtió en señor de Tamajón en el siglo XIV. Fue Iñigo López de Mendoza, I Marqués de Santillana.

Sin embargo, previamente García ubicó temporalmente los orígenes y primeras menciones escritas de Tamajón. “A raíz de la reconquista de este territorio a los árabes por el rey Alfonso VI en 1085, incluso antes, encontramos el término donde ahora se asienta Tamajón enclavado dentro de la Tierra de Sepúlveda. Así se constata en la asignación del territorio que realizó Alfonso VI a la villa. En el documento de confirmación de su fuero, fechado el día 17 de noviembre del año 1076, se encuentran los límites y deslindes de dicha Tierra”, expuso.

La primera vez que aparece mencionado el nombre de Tamajón en un escrito oficial fue en una carta de confirmación de propiedad que el rey Alfonso VIII dirige a don Nuño, abad del Monasterio de Bonaval (Retiendas), escrita en 1175, en la que el rey cede para siempre las donaciones que había hecho anteriormente al monasterio con efecto temporal. En este documento se delimitan las posesiones donde se cita a Tamajón: "... desde la iglesia de Arretiendas (Retiendas) directamente asta el molino del logar de Tamajón, situado en la sierra..."

Años más tarde, el rey Alfonso X suscribiría un privilegio, fechado en Toledo el día 26 de agosto del año 1259, por el que se concedió a Tamajón un mercado que se celebraría los martes de cada semana (Archivo Histórico Nacional Osuna, leg. 3329). Esta concesión venía a mejorar las condiciones de los repobladores que se asentaron en esta comarca después de la reconquista. Asimismo corrobora que Tamajón ya tenía cierta preponderancia en aquella remota época. En la actualidad el Mercado Medieval de Tamajón recrea este hecho.

Debía pertenecer esta villa al poder real, cuando el rey Sancho IV la donó en señorío a su hija doña Isabel; quien, a su vez, años más tarde, se lo transfirió a su ama de compañía doña María Fernández Coronel. No se sabe con precisión cuándo, Tamajón volvió a poder real, ya que, el 30 de mayo de 1365, Pedro I el Cruel, confirmó a don Iñigo López de Orozco un privilegio anterior dado por su madre, la reina doña María, por el que concedía a don Iñigo la aldea de Tamajón, que hasta entonces había pertenecido a la Tierra de Ayllón (A.H.N. Osuna, leg. 3329).

Después de la muerte de don Iñigo, Tamajón vino a pertenecer a sus hijas María, Mencía y Teresa de Orozco, correspondiendo un tercio a cada una de ellas. Don Pedro González de Mendoza compró su parte a Teresa por 26.666 maravedíes y 4 cornados (que era la cantidad en que se había tasado cada tercio), tomando posesión del tercio de Tamajón el citado don Pedro el día 15 de enero de 1382. A pesar de su poder, no pudo comprar su parte a las otras dos hermanas; pero sí vendió doña Mencía su parte a su hermana María, quien a su vez traspasó sus dos partes a su hija, Catalina Suárez de Figueroa, cuando esta casó con don Iñigo López de Mendoza, I Marqués de Santillana.

Así es como pasó la villa de Tamajón, íntegramente, a formar parte del patrimonio de la Casa Mendocina. Más adelante, por el reparto a sus hijos de los bienes del marqués de Santillana a su muerte, Tamajón vino a poder de don Pedro Hurtado de Mendoza, Adelantado de Cazorla, siguiendo en la familia de los Mendoza hasta la extinción de los señoríos en el siglo XIX.

El marqués de Santillana otorgó testamento el 25 marzo de 1455. En él dejó un tercio de Tamajón a su hijo Diego Hurtado de Mendoza, el Adelantado de Cazorla y hermano del Gran Cardenal. Diego participó en la guerra de Granada y fue Adelantado de Cazorla hasta su muerte en 1505. Se casó en segundas nupcias con una dama de Isabel la Católica, Doña Juana de Valencia, que heredó de su esposo Tamajón y lo mantuvo hasta su fallecimiento en 1526.

El Señorío pasó entonces a manos de Doña Guiomar Hurtado de Mendoza, hija de Diego Hurtado y de su primera esposa, no sin pleitos. Posteriormente el señorío de Tamajón pasó hacia 1551 a favor de Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, conde de Mélito. Hermana de este segundo conde de Mélito y señor de Tamajón fue doña María de Mendoza y de la Cerda, a quien se debe la construcción de la casona conocida por Palacio de los Mendoza y del convento franciscano, bajo la advocación de La Concepción de la Madre de Dios, el año 1592. También se atribuye a ella una casa palacio, que nada tiene que ver con el actual edificio del concejo.

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