El objetivo es comprobar cuál resulta más eficaz para prolongar la gestación y evitar los riesgos asociados a los nacimientos en los que el feto no haya alcanzado la suficiente madurez
Redacción | Miércoles 10 de agosto de 2016
El servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha participado en un estudio que se ha elaborado con el fin de evaluar estrategias para prevenir el parto pretérmino en mujeres de riesgo.
Así, se estudió la eficacia de un tratamiento hormonal, por un lado, y por otro la colocación de un pesario cervical en aquellas mujeres embarazadas en las que la ecografía había revelado un acortamiento de la longitud del cuello uterino.
En el estudio han participado centros de toda España y ha permitido, una vez otorgado su consentimiento, analizar y tratar a mujeres con cuello uterino corto, factor que favorece los partos prematuros. Las mujeres fueron tratadas, o bien con tratamiento médico con progesterona o bien mediante la colocación de un anillo de goma que rodea el cuello del útero, con el fin de estudiar cuál de estas dos estrategias terapéuticas, ambas de demostrada valía, puede resultar más eficaz.
La jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital guadalajareño, María Jesús Cancelo, ha subrayado que, pese a que “cada mujer es única y cada caso tendrá su propia consideración terapéutica”, estudios como éste permiten obtener informaciones “que se basan en la evidencia científica y que permiten ofrecer las mejores oportunidades terapéuticas para tratar problemas tan importantes como, en este caso, la prevención de la prematuridad”.
Cancelo ha agradecido, en este sentido, la colaboración de las mujeres que han participado voluntariamente en este estudio, así como la implicación y el trabajo del equipo de investigadores del servicio de Ginecología y Obstetricia.
El parto pretérmino es uno de los principales problemas de la obstetricia actual y está relacionado con más del 50 por ciento de la mortalidad neonatal y de una gran proporción de morbilidad infantil por las secuelas que pueden presentar los niños que nacen antes de alcanzar la madurez.
Por este motivo, se investigan técnicas para detectar a aquellas mujeres con mayor riesgo de tener un parto pretérmino y también tratamientos para prolongar el tiempo de gestación, de modo que el feto “alcance una madurez que le permita afrontar el nacimiento con las mejores garantías posibles”.
Como indica Cancelo, la tasa de prematuridad, que se sitúa en Europa en torno al 9 por ciento, apenas ha variado en las últimas décadas pese a los avances médicos y la mejora en los cuidados a las gestantes. Incluso, matiza, “se está produciendo un aumento relacionado probablemente con las técnicas de reproducción asistida y la mayor edad de las madres”.
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