CSIF afirma que Castilla-La Mancha es la peor comunidad autónoma para trabajar

El salario medio en Castilla-La Mancha es de 1.464 euros, una cifra que se encuentra muy por debajo de la media nacional (1.638 euros mensuales) y que supone un descenso del 2,8% respecto al segundo trimestre del 2015, el más alto de todas las comunidades autónomas, tal y como revela el informe Adecco publicado el pasado lunes. Además, la capacidad de compra de los ciudadanos castellano-manchegos ha sufrido una pérdida de 151 euros al año desde el 2014 rompiendo con la tendencia alcista en el resto de España.

Este desplome vuelve a situar a Castilla-La Mancha en el furgón de cola del conjunto nacional siendo la cuarta con menor salario medio, sólo superado por Galicia, Canarias y Extremadura. Los datos entroncan con la constante denuncia de CSIF sobre “las crecientes desigualdades provocadas por una ineficaz gestión política y una lesiva administración que provocaba que la deuda regional aumentara en el primer trimestre de 2016 hasta los 13.437 millones con la perniciosa repercusión en el conjunto de la ciudadanía.Mientras tanto, las partidas presupuestarias destinadas a empresas públicas de Castilla-La Mancha no sólo son desorbitadas, sino que en su mayor caso son reversibles. Los recortes que se han efectuado han ido dirigidos a reducir esta deuda, pero no sólo no han servido para menguarla sino que ha aumentado hasta el punto de que cada castellano-manchego deba alrededor de 6.500 euros”.

Pero este análisis va mucho más allá, y es que Castilla-La Mancha es la peor comunidad autónoma para trabajar, ya que la consultora Adecco, con datos del INE y del Ministerio de Empleo, presenta otros factores para resaltar la precariedad existente en nuestra región. Entre ellos, resalta el concepto de seguridad en el empleo (siniestralidad, cobertura de la prestación por desempleo, paro de larga duración y tiempo necesario para encontrar empleo) que sitúa a Castilla-La Mancha en el último lugar con una evolución adversa del -2,6 puntos y sobresaliendo el dato de que los castellano-manchegos necesitan 18,3 meses para encontrar empleo.

A la consulta de estos análisis no resulta sorprendente que Castilla-LaMancha haya aumentado considerablemente su estadística en conflictividad laboral como respuesta a la precaria situación: el número de participantes en huelgas es de 35 personas por cada 10.000 ocupados, lo que supone un aumento de un 359%.

Como conclusión, “Castilla-La Mancha cuenta con las menores oportunidades y satisfacción en el trabajo respecto al resto de autonomías, un hecho por el que CSIF pide explicaciones al Gobierno regional”.