Siete rondas navideñas fundieron el frío y la niebla del invierno en la villa alcarreña con el calor de la amistad y de las entrañables canciones de siempre.
Redacción | Jueves 08 de diciembre de 2016
La Alcarria le daba anoche la bienvenida a la Navidad con la celebración del IX Certamen de Villancicos que, siempre por estas fechas, acoge Pareja. Comenzaba muy puntual, a las siete, en una fría tarde de invierno, en la que la colorida iluminación navideña de la villa destacaba desde lejos entre la niebla. Los alegres cantos de siete rondas y agrupaciones musicales llegadas de toda La Alcarria, llenaron de calor las calles de la localidad, y por supuesto, también su Iglesia, que le prestó su majestuosidad e impresionante sonoridad, un año más, el evento.
Correspondió al alcalde del municipio, Javier del Río, prologarlo. El regidor parejano dio las gracias por su trabajo y organización a la Agrupación Musical de Pareja, al párroco local, Javier Lucía, que ejercía anoche el papel de anfitrión del certamen, y también a los integrantes de las siete agrupaciones y rondas cantaron ayer en la villa alcarreña.
Del Río señaló que, cada año, el certamen culmina los preparativos navideños en Pareja, iluminado por el encendido de las luces y engalanado con la decoración del árbol en la Plaza Mayor, y coincide en el tiempo con la instalación de los Nacimientos, una de las más hermosas costumbres de la Navidad local, que a todos los parejanos, y también a su alcalde, trae innumerables recuerdos. El de la Iglesia, “cada año tiene más piezas y más calidad”, mientras que el más tradicional, de la Plaza Mayor, está sentimentalmente asociado a la Olma, puesto que la costumbre era que rodease su tronca. Los parejanos ultiman en estos días su colocación en uno de los soportales. “Cantemos juntos hoy a la Navidad, que es la paz, y que vuestras canciones traigan paz y alegría a nuestros hogares y a todos los rincones de la tierra”, terminó diciendo.
Carolina Moreno, profesora de música, que ensaya habitualmente con los grupos de Tendilla y de Pareja, agradecía también ayer la existencia de este tipo de certámenes. Además de bonitos en sí mismos, “son actividades musicales importantes”. Gracias a pueblos como Pareja y otros más que también organizan los suyos, “se mantienen vivas nuestras tradiciones y costumbres, como las iluminarias, por ejemplo”. Según la folklorista, estos recitales sirven para recuperar las canciones de los pueblos, hacen que se junten las familias, los jóvenes y los mayores, nada más y nada menos que para cantar y reivindicar los villancicos de su tierra. “Son una excelente manera de conservar las canciones, escribir las que nos transmiten los mayores, aprenderlas y cantarlas con los niños. Cada año descubrimos villancicos nuevos. Sin estos certámenes, no habría excusa para recuperar estas canciones que la gente mayor se sabía de memoria y que aprendieron, a su vez de sus antepasados. Además, también pasa que, con la creatividad musical de cada pueblo, readaptas lo que aprendes”, añadía.
La primera en salir a cantar fue la ronda de Alocén. Fue María Angeles Druet, una de las integrantes de la Ronda de Pareja, la que les fue dando paso a todas ellas. Después de que el año pasado organizaran su propio certamen, al que acudió la Agrupación Musical de Pareja, este año están saliendo por primera vez a actuar en otros pueblos. Ayer devolvieron la gentileza al pueblo de Pareja. Hicieron su propia versión de una canción alemana que lleva por título 'Nunca suenan las campanas', para acabar su participación con el villancico popular 'El niño Manuel'. Una de las integrantes de la Ronda, Amparo Serrano, destacaba la intensidad con la que se vivían las Navidades en la localidad. “Eran entrañables, familiares y compartidas en todo el pueblo, con la ronda, que salía en Nochebuena y Navidad. En casa la celebrábamos con mis abuelos y mis primos, y es lo mismo que yo procuro hacer ahora con mis nietos, en el pueblo”.
La ronda de Alcocer apostó por mezclar una canción antigua, con una moderna. En primer lugar interpretaron 'Más allá' de Gloria Estefan y luego un 'Villancico manchego'. Vestidas de negro y ataviadas con sus coquetas bufandas amarillas, fueron once las cantantes que llevaron hasta Pareja la Ronda de Alcocer, que salía a cantar por el pueblo, uniendo a los lugareños, en una entrañable caravana musical en esta época del año.
La Asociación de Mujeres de Escamilla subió a continuación, para cantar su tradicional 'Pastores y pastoras', que combinó con otro, no tan típico, 'Las Palmas del rey'. Subieron al púlpito con unos chalecos rojos de punto, y con múltiples instrumentos de percusión, como los huesos, el almirez o la garrota de cascabeles, a los que les dieron buen aire. “La Ronda más bonita de Escamilla era la del aguinaldo de Nochebuena. Cuando salía, se le iba uniendo gente, hasta llegar al medio centenar, o más. Terminábamos en el juego pelota, al resguardo de sus paredes. Ahora, tratamos de que no se pierdan estas costumbres, e implicar en ellas a los más jóvenes”, decía Gloria Cano, presidenta de la Asociación que tiene por costumbre participar cada año en el certamen parejano.
La Ronda de Salmerón, otra de las habituales todos los años en Pareja cantó 'Aquel niño' y 'Que llega la Ronda', dos villancicos castellanos. La agrupación cuenta con todos los instrumentos de percusión típicos de estas agrupaciones, además de guitarra, bandurria, y, por supuesto, zambomba. “En las navidades tradicionales, todo giraba en torno a las fiestas religiosas, y los villancicos formaban parte de la cotidianidad de estas fechas”, contaba ayer Milagros Villalta, nacida en Salmerón en el año 1950. Se cantaban de manera espontánea por la calle, sin previo aviso y sin ensayos, cuando los mozos, “siempre ellos”, se juntaban y salían. La Ronda de Salmerón destacó siempre por su calidad musical. Muchos de sus integrantes tocaban la guitarra y el laúd, “porque había banda”. La despoblación del medio rural hizo que se perdiera la ronda por un tiempo. Hace más más de una década, los cánticos volvían a las calles de Salmerón de la mano de su ronda. “Seguimos la tradición para que no se pierdan estos cantares y costumbres, para que los niños nos oigan, y algún día nos imiten”, terminaba.
La Asociación de Mujeres de Sacedón, “y dos hombres”, decía con gracia Maria Luz López, interpretaron 'La misa del gallo' y 'Río'. En Pareja se sienten como en casa, “Nos gusta venir”, afirmaba ayer. Además, las parejanas siempre les devuelven luego la visita. Sin artificios, las sacedoneras llevaban toda la percusión típica de la Nochebuena: botella, zambombas, panderetas… y las voces, bien enérgicas. “La navidad de antes, era más bonita que la de ahora, con muchas rondas por las calles, a partir del día ocho de diciembre, en Sacedón. Como nos gustaba tanto, seguimos, para que no se pierda”, añadía.
La Ronda de Tendilla cantó dos villancicos, 'Cántale una alegre nana', adaptado en letra y música a la tierra alcarreña, y un segundo, 'El niño dios ha nacido', una creación de Carolina Moreno, que la propia Ronda ha hecho a la medida de la música tradicional del pueblo.
En su calidad de anfitriona, la última actuación correspondió a la Agrupación Musical de Pareja. Con una amplia variedad instrumental, las parejanas cantaron 'La Adoración', villancico castellano acompañado sólo a la percusión con el triángulo, la zambomba, la pandereta, el pandero, el almirez, la botella, la garrota de cascabeles y mucha ilusión, y uno muy alegre, 'Ofrendas al niño', en el que, además de sus animosas voces, emplearon todos sus instrumentos. El primero fue un homenaje a la música tradicional local. “Con el almirez, la garrota de cascabeles y la lata de atún que se acababan de comer, los pastores eran capaces de hacer música”, afirmaba ayer una de las más veteranas de la Agrupación, Angelines Gusano. Como cada año, y además de organizar su propio certamen, la Agrupación recorre la provincia, de certamen en certamen. Ya han estado en Salmerón y Alocen, hoy van a Tendilla, y en días sucesivos irán a Auñón, Aranzueque, Torija y Guadalajara.
Después de terminar sus intervenciones individuales, todas las agrupaciones juntas cantaron un popurrí de villancicos. Cada ronda recibió el obsequio de un jamón. Por fin, La Alcarria junta, terminó la tarde en la Plaza Mayor de Pareja compartiendo un caldito caliente, limonada y un suculento tentempié.
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