Los seis tapices flamencos expuestos en el Museo Parroquial de la Colegiata de Pastrana, cuya conservación curativa y difusión ha impulsado la Fundación Carlos de Amberes, pertenecen a dos series distintas: la serie de cuatro tapices sobre la Conquista de Arcila y Tánger por las tropas de Alfonso V de Portugal - “El Desembarco de Arcila”, “El Cerco de Arcila”,” El Asalto de Arcila”, “La Toma de Tánger” – y la de dos tapices sobre la toma de Alcázar Seguer, también por Alfonso V.
La primera, datada entre 1472 y 1475, constituye uno de los ejemplos más espectaculares en el arte del tapiz del siglo XV, tanto por su tamaño como por su excepcional calidad técnica. La conquista de las ciudades de Arcila y Tánger se desarrolla durante los días 20 al 29 de agosto de 1471. Alfonso V, orgulloso de su victoria, encarga poco tiempo después a las manufacturas de la ciudad flamenca de Torunai los cuatro grandes tapices conmemorativos de su gesta africana. Todo parece indicar que la comisión recae en la figura de Passchier Grenier (1447-1493), el tejedor y comerciante más relevante de la época.
Ambas series de tapices flamencos fueron concebidas para exaltar el poder y la gloria del monarca portugués como conquistador. En concreto, los cuatro tapices que forman la serie sobre Arcila y Tánger, son considerados como una de las mejores colecciones en estilo gótico del mundo. Además constituyen uno de los escasos ejemplos que existen en tapicería en mostrar hechos contemporáneos. Podrían ser el equivalente, en nuestros días, a un reportaje fotográfico; son verdaderas crónicas de guerra, aunque gráficas, pobladas de personajes, acción y curiosos detalles.
Según algunos historiadores fueron tomados como botín en la batalla de Toro (1476). Otros estudiosos, sin embargo, sostienen que fueron un obsequio personal del rey portugués al Cardenal Mendoza. Lo que sí consta es que en 1532 son propiedad del Duque III del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, pues son citados en su testamento. Y lo que también consta es que la VIII Duquesa del Infantado, Catalina Gómez de Sandoval y Mendoza, casada con el IV Duque de Pastrana, Rodrigo de Silva y Mendoza, donó estos tapices a la Colegiata de Pastrana en 1667, de lo que hace 350 años, para adorno permanente de la misma con la condición de que se sacaran cada año a las calles para embellecer la villa con motivo de la procesión del Corpus Christi. Su deseo se cumplió algún tiempo.
En 1932 fueron llevados a Madrid y se comenzó su restauración en la Real Fábrica de Tapices. Llegada la Guerra Civil española, fueron trasladados con otras obras del Museo de Prado y otros tapices a Ginebra, pasando por Valencia. Después de la Contienda, volvieron a la Real Fábrica de Tapices de Madrid, donde se continuó su restauración hasta que volvieron a Pastrana en 1950. El día 16 de julio, Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, se inauguró como Museo la gran sacristía de la Colegiata, ya colocados los tapices. Desde entonces han salido unos u otros tapices al menos a nueve exposiciones, dando siempre una gran notoriedad a la villa de Pastrana y dándose a conocer mundialmente. Surgió el dilema de quién tenía que pagar la restauración de los mismos. En la década del año 1940 a 1950 el gobierno portugués se interesó por estos tapices que representan su historia y, con la condición de pagar su restauración, consiguieron el permiso para hacer una copia de los mismos, que tienen expuestos en la actualidad en el Museo de la Ciudad de Guimaráes, cuna de la monarquía portuguesa, lo que incluye la reinvención de las partes perdidas en los cuatro tapices de la serie de Arcila y Tánger.
Una vez restaurados, la colaboración de diferentes instituciones hizo que, en un proyecto ejemplar, las dos series se exhiban, desde el 10 de octubre de 2014, en el Museo Parroquial de los Tapices de Pastrana.
Se trata de seis tapices de diez metros de largo por tres o cuatro, dependiendo, de ancho y temática bélica. Uno de los elementos más destacados como fuente documental es su asombrosa riqueza iconográfica: recogen armamento diverso de la época, estandartes y distinto material de guerra. Además, se aprecian las figuras del rey Alfonso V, y de su hijo, el príncipe Juan, que aparecen revestidos de armaduras y en colores vivos en los tres primeros tapices.
Concretamente, y por orden cronológico (entre 1458 y 1471) los seis tapices narran estos acontecimientos. Los dos primeros forman la serie de Alcázar Seguer, ocurrido en 1458; el primero representa en diversas escenas la despedida y oración para ir a conquistar Alcázar Seguer; y en el segundo tapiz la salida, travesía y llegada a Alcázar Seguer. De esta serie se sabe muy poco. La segunda serie narra los hechos ocurridos en 1471: El desembarco en Arcila; El Cerco de Arcila; El Asalto de Arcila y La Entrada en Tánger.