En Castilla-La Mancha es necesario pensar una solución para los opositores y el sistema educativo más allá del uso partidista de las convocatorias de empleo público
Redacción | Martes 14 de febrero de 2017
Ante las intenciones manifiestas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha de instrumentalizar las oposiciones de primaria para obtener un rédito político, desde el Área de Educación de Podemos Castilla-La Mancha queremos apuntar algunos matices.
Durante la presente legislatura el gobierno regional ha sostenido ante la opinión pública la idea de que las oposiciones equivalen a nuevos puestos de trabajo. Esta afirmación es falsa. Si bien al gobierno de Page le permite alimentar su apuesta política en torno al Plan de Empleo, cabe señalar que las oposiciones en educación no crean empleo, sino que consolidan puestos de trabajo, que pasan de estar ocupados por docentes interinos con vacante anual a estarlo por funcionarios de carrera. Nada más que eso.
La única forma de crear empleo real en educación es mediante una doble vía: la reducción drástica de ratios y la disminución de carga lectiva del profesorado, o lo que es lo mismo, revirtiendo los recortes que todavía sufrimos a día de hoy. Por ello podemos afirmar que el presidente Page está utilizando la convocatoria de oposiciones en beneficio propio, de una manera partidista, y no pensando en la mejor y más eficiente gestión del sistema educativo de nuestra región.
Teniendo esto en cuenta y siendo conscientes de que se convocaron oposiciones de primaria el pasado curso, desde el Área de Educación de Podemos CLM no vemos necesario que se convoquen durante 2017. En cambio, apostamos por:
- Un acuerdo consensuado entre Administración y sindicatos que planifique un calendario de oposiciones de secundaria para 2018 y de primaria para 2019.
- Reservar las plazas que se pudieran ofertar este año para los venideros y, si se confirma definitivamente el fin de la tasa de reposición, hacer una oferta de empleo público lo más ambiciosa posible para esos dos años.
La mayor ventaja de esta propuesta es que los protagonistas de las oposiciones (interinos y graduados universitarios) pueden planificar en condiciones óptimas las oposiciones. Los primeros pueden plantearse si solicitar reducción de jornada para estudiar durante el próximo curso; mientras que los segundos tienen un tiempo más que prudencial para optar a las oposiciones con un mínimo de garantías. Y aquí es donde radica la diferencia entre ver las oposiciones en clave de rédito político o pensar en la mejor opción posible para los opositores y para el sistema educativo de nuestra región.
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