ALMA CORAZÓN Y VIDA

Pareja celebra por todo lo alto el Jueves Lardero

Cumpliendo la ancestral tradición de los pucheros, en la que han participado una treintena de niños de entre tres y doce años del CRA de Budia, Salmerón, Chillarón del Rey, Alcocer, Durón, Budia, y naturalmente, Pareja.

Redacción | Jueves 23 de febrero de 2017
La Plaza Mayor de Pareja se ha llenado de niños esta mañana, para disfrutar de la tradición de los pucheros del jueves lardero. En torno a una treintena, pertenecientes al CRA de Budia, y provenientes de las localidades de Salmerón, Chillaron del Rey, Durón, Budia, Alcocer y de la propia villa de Pareja, de acuerdo con los profesores del centro, habían preparado en estos días actividades y manualidades relacionadas con esta costumbre, haciendo acopio de los materiales necesarios, y luego decorándolos y colocándolos en su sitio.

El autobús con los niños llegaba a las diez de la mañana. Por cortesía del Ayuntamiento, los escolares, y también todos los que se han acercado a la Plaza, han desayunado un chocolatito con churros, que ha servido Tomás, del Bar Stilo´s.

Los operarios del Ayuntamiento se habían encargado de colgar los globos para los más pequeños y los pucheros para los mayores. Antonio Mercado y Gabriel Fuentes llevan décadas haciéndolo; antes, en la calle de Calvo Sotelo, sobre la que se tendía una soga de un lado al otro, y ahora en la misma Plaza Mayor, a la vera de la Olma Nueva, que pronto cumplirá un año desde su plantación en Pareja. Antonio y Gabriel guardan de año en año a buen recaudo los palos con los que se llevan a cabo luego los juegos, hechos de astiles de azada o de rastrillos, que ellos mismos reciclan. Laia, la hija de cuatro años de Antonio, ha sido una de las que ha pinchado los globos, por lo que su padre estaba hoy doblemente contento.

A las diez y media, con los participantes desayunados y ansiosos por empezar, comenzaba la yincana. Con las dos ristras, la de globos y la de macetas, pucheros y botijos, ya preparadas, eran los niños de infantil los que empezaban a explotar las esferas de colores. Dentro, legumbres, harina, e incluso agua. Todos, uno por uno, los fueron logrando su objetivo, con el aplauso cómplice de profesores, padres, y mayores, que se acercaron a la Plaza Mayor a revivir las tradiciones de su niñez.

“Les encanta pasar un día diferente, con el que romper la rutina diaria del colegio”, decía Agustín Sánchez, uno de los profesores.

Cuando terminaron los de Infantil, tomaron el relevo los de Primaria. Durante una semana, en clase de plástica, habían estado preparando y decorando sus botijos y pucheros, que luego tenían que romper a bastonazos para que la sorpresa interior saliera a la luz en forma de polvo de legumbres. Los más mayores, ellos sí, lo hicieron con sus ojos vendados.

Uno de ellos fue Roberto Alonso, de once años, que cumpliendo la tradición de los pucheros y participando en la posterior merienda en el merendero municipal del Camino de Hontanillas, terminaba la semana del jueves lardero.

Es uno de los que ha participado todos los años, pasando de globos a pucheros. Viéndolo estaba su bisabuelo, de 87 años, Mariano Alonso. “Cuando era niño yo lo hacía igual, pero solo con botijos. Usábamos los que tenían alguna falta, se les había roto un asa o estaban mellados, y dentro metíamos ceniza, yeso, una libreta para apuntar, bolígrafos y lapiceros, lo que se podía. Luego nos íbamos a merendar, cada pandilla a un sitio, y se comía una tortilla y algún choricillo. Y había quien hacía una piña”, cuenta el señor Alonso.

Este postre típico del jueves lardero consiste en una masa de huevo y harina, similar a la de las rosquillas, cortada en trocitos, que luego se fríen y se embadurnan de miel al punto, para unir unas bolas con otras hasta hacer la piña. Junto a los brazos de gitano, son los postres típicos de la celebración.

Javier Madrid, profesor del CRA, no conocía la tradición. “Llevamos un par de semanas decorando los botijos, y preparando los globos. Todo lo que sea cambiar de clase, les encanta. Los niños se lo pasan bomba, y además ayudamos a mantener tradiciones, que es una pena que se pierdan”, terminaba el profesor. Para finalizar la mañana, los mozos han vendido papeletas y luego sorteado un gallo y un conejo, según la costumbre. Todos los niños y niñas que han participado han recibido un pequeño regalo de recuerdo.

“Es bonito poder echar una mano desde el Ayuntamiento para conservar y potenciar las tradiciones de nuestro pueblo, en este caso la del Jueves Lardero”, afirma Javier del Río, alcalde de Pareja.

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