SATSE ha presentado este viernes un documento en el Sescam que recoge que en los hospitales de Castilla-La Mancha hacen falta más de 11.000 enfermeras para adecuarnos a las ratios de la UE
Redacción | Viernes 12 de mayo de 2017
El Sindicato de Enfermería, SATSE Castilla-La Mancha, ha reclamado hoy al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) que se doten adecuadamente las plantillas de enfermería, matronas y fisioterapeutas de los centros sanitarios de la región para adecuarlas a la ratio existente en los países comunitarios y acabar con la deficiente dotación de profesionales en hospitales y centros de salud.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Enfermería que se celebra hoy, delegados de SATSE Castilla-La Mancha han entregado en la sede del Sescam en Toledo un informe dirigido al consejero de Sanidad y a la directora gerente del Sescam, Jesús Fernández y Regina Leal, respectivamente, en el que se refleja que en los centros sanitarios públicos de Castilla-la Mancha hay un déficit de más de 11.000 profesionales de enfermería para adecuarnos a las ratios de la UE.
El informe “Gestión de recursos humanos sanitarios en hospitales de Castilla-La Mancha” realizado por SATSE refleja que el promedio de enfermeras por 1.000 habitantes es de 7,2 en la OCDE, muy lejos de los 3,3 que hay en Castilla-La Mancha, por lo que para igualarnos con la media de la OCDE se necesitarían en Castilla-La Mancha 11.369 profesionales de enfermería, de ellos 2.000 en los centros sanitarios de la provincia de Albacete; 2.503 en Ciudad Real; 1.184 en Cuenca; 1.542 en Guadalajara y 4.140 en Toledo.
Este informe refleja igualmente que las ratios enfermeras-pacientes en los centros sanitarios de la región se alejan de las recomendaciones internacionales de una enfermera por cada 4-6 pacientes en unidades de hospitalización y de una enfermera por cada 1-2 pacientes en unidades de críticos.
Para SATSE este déficit supone que los profesionales de enfermería que trabajan en los centros sanitarios del SESCAM deben soportar la carga de esas enfermeras que faltan, y que ese déficit repercute no solo en los profesionales, que presentan en mayor medida patologías asociadas al estrés, sino que produce un aumento de la mortalidad de los pacientes. A esto hay que sumar la escasa cobertura de las bajas y ausencias que se producen en el colectivo de enfermería.
“Los pacientes deben beneficiarse de una dotación de personal adecuada y directamente los sistemas sanitarios ahorrarán dinero al evitar costosos errores. El aumento de las plantillas de enfermería incide positivamente en la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, puesto que queda demostrado el efecto de sus cuidados en la reducción de la morbimortalidad y por tanto de los costes”, concluye el informe.
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