Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
El exvocalista de ‘El Canto del Loco’ mostró lo mejor de sí mismo a los cientos de fans reunidos en el campo de fútbol
Once y cuarto de la noche. Más de 5.000 personas –según los primeros cálculos de la organización– con la mirada y las expectativas fijas en un enorme escenario vacío, en negro, en silencio. Andan impacientes, excitados ante la noche que llevan esperando semanas. A algunos –como una pequeña de no más de 12 años– la pasión venció al sueño y antes del alba se plantaron a la entrada del campo de fútbol de Cabanillas del Campo a esperar la apertura de puertas. La agitación crece a golpe de corazón; con cada bombilla que enciende y preludia la llegada inminente del artista, del contador de historias poliédrico ahora romántico y al segundo rockero; que la locura de la música no se cura. Una voz en off invita a desprenderse de dispositivos móviles, de whatsapp y de cámaras fotográficas; a captar y retener con los ojos y el corazón los mejores instantes de una noche memorable. “Disfruta aquí y ahora”, dice. Y de fondo, una voz a capella que llega al alma con ‘Emocional’.
La función ha comenzado; el gran Dani Martín está en Cabanillas dispuesto a ‘desnudarse’ ante sus incondicionales, a demostrar por qué se ha convertido en una de las estrellas del panorama musical español. Sigue con ‘Un millón de luces’ y conmina al respetable a entrar a su ‘Teatro’, a bucear entre el mar de sentimientos que esconde su segundo, y homónimo, disco en solitario. Pero tampoco renuncia al recuerdo, a rememorar su glorioso pasado como vocalista de ‘El Canto’ con temas como ‘Un millón de cicatrices’, ‘Caramelo’, ‘Insoportable’ o ‘Contigo’. Y el público ya completamente entregado, rendido a los pies del artista, del hombre, del chico de las zapatillas que no deja de recorrer mundo con su música. En el apartado de las dedicatorias, la principal para Boris Alarcón, productor de su disco que ese día está de cumpleaños y para el que pide aplauso. Y también para su banda, potente y extraordinaria.
Con ‘La suerte de mi vida’ encara Martín el ecuador de su concierto, que sigue con ‘Volverá’, ‘Qué bonita la vida’ –con su mensaje encogiendo corazones–, o ’16 añitos fiera’. Y entonces desaparece durante segundos y el Dani ahora algo gamberro vuelve al escenario con una pañoleta verde del Ayuntamiento de Cabanillas, la misma que apenas unas horas antes de su actuación ha pedido al alcalde de la localidad, Jaime Celada. Guiño a Cabanillas y a su gente, que desearía que todo volviera a empezar, que todo volviera a girar, que todo viniera de ‘Cero’.
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