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Greenpeace alerta de la presencia de microplásticos en la Antártida

Un equipo científico de Greenpeace ha detectado la presencia de microplásticos y productos químicos peligrosos en la mayor parte de las muestras de agua y nieve recogidas en una reciente expedición a la Antártida

Redacción | Jueves 07 de junio de 2018
Así lo reveló Greenpeace este jueves en víspera del Día Mundial de los Océanos, que se celebra este viernes, 8 de junio, por lo que indicó: “Ni siquiera el océano más remoto del planeta está libre del impacto dañino del ser humano”.

Pilar Marcos, de la campaña ‘Proteger la Antártida’ de Greenpeace, subrayó que suele pensarse que esa zona del planeta es “un desierto remoto y prístino”, pero consideró “evidente el impacto del ser humano en procesos de contaminación, en el impacto del cambio climático o la pesquería industrial de kril”.

“Los resultados muestran que incluso los hábitats más remotos de la Antártida están contaminados con residuos de microplásticos y de sustancias químicas peligrosas persistentes. Necesitamos actuar más al norte para evitar que estos contaminantes terminen en la Antártida, en primer lugar, y necesitamos, además, un Santuario del océano Antártico para que pingüinos, ballenas y todo el ecosistema pueda recuperarse de las presiones a las que se están enfrentando“, añadió.

Siete de las ocho muestras de agua tomadas de la superficie del Antártico contenían microplásticos, como microfibras (al menos una pieza de microplástico por cada muestra de un litro). Además, de las nueve muestras que se recogieron con una red manta en arrastre, en dos de ellas se detectó también la presencia de microplásticos.

La superficie terrestre tampoco se libra porque en siete de otras nueve muestras tomadas en la nieve se encontraron concentraciones de sustancias químicas persistentes, entre ellas per y polifluoroalquiladas, conocidas como PFAS, unos compuestos químicos ampliamente utilizados en muchos procesos industriales y productos de consumo y relacionados con problemas en la reproducción y desarrollo de organismos. Las muestras se tomaron en nieve recién caída, lo que sugiere que proceden de su presencia en la atmósfera.

SANTUARIO

Existen relativamente pocos datos sobre microplásticos en aguas antárticas, y este análisis de Greenpeace proporciona información valiosa sobre la contaminación en esta región.

“También fuimos testigos de todo tipo de desechos de la industria pesquera en la Antártida”, declaró Frida Bengtsson, embarcada a bordo del Arctic Sunrise de Greenpeace durante los muestreos, quien agregó: “Boyas, redes y lonas flotando en icebergs, algo realmente triste de observar. Aunque los sacamos del agua, esto evidencia la necesidad de proteger de la actividad humana este océano y su increíble vida salvaje”.

Desde la Antártida al Ártico, pasando por los rincones más profundos del planeta, como la fosa de las Marianas, los océanos se han revelado en los últimos años como “un verdadero contenedor de plásticos”, según Greenpeace.

Alrededor de ocho millones de toneladas de plásticos acaban en los mares y océanos anualmente, lo que supone entre el 60 y el 80% de la basura marina acumulada, en su mayoría en forma de microplásticos. Además, más de 200 kilos de basura van a parar a sus aguas cada segundo.

Greenpeace reclamó medidas urgentes para parar el flujo constante de plásticos a los mares y que se cree una red de reservas marinas a gran escala, como un gran santuario en el océano de la Antártida, una petición que ya han apoyado más de 1,6 millones de personas en el mundo.

Las muestras fueron recolectadas durante una expedición de Greenpeace en la Antártida que tuvo lugar de enero a marzo de este año. La organización realizó investigaciones científicas, incluídas inmersiones submarinas pioneras junto a los hermanos Javier y Carlos Bardem, como parte de una campaña para crear un santuario en el océano Antártico, que, con 1,8 millones de kilómetros cuadrados, sería cinco veces más grande que Alemania y se convertiría en la mayor área protegida de la Tierra.

La propuesta, que ha surgido de la Unión Europea y ha sido apoyada por el Gobierno alemán, será discutida por la Comisión del Océano Antártico en su próxima reunión el próximo mes de octubre.

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