Sábado 11 de agosto de 2018
El populismo, curiosamente, es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española(RAE) pero que, sin embargo, es de utilización muy frecuente en la política española. A muchos políticos de este país durante estos días se les está llenando la boca de lo solidaria que es su política y de sus actos humanitarios de recepción y acogida con esos migrantes ilegales que asaltan nuestras fronteras día tras día.
Tras ese afán de algunos españoles por acoger a estas personas ilegales, que violan nuestras fronteras, hay una solidaridad desleal, tramposa y farisea y cuando viene de la mano de un político, entonces se tiñe además de populismo oportunista. En Marchamalo, con esos 100, está pasando.
Este sistema de acogida y de mostrarles solidaridad es muy perverso y cuando se apagan las luces de las cámaras y de los flases, estos políticos preñados de populismo y de conveniencias electorales les darán una patada en el culo y les mandarán a sobrevivir en la economía sumergida y precaria del top manta, a una irregularidad y unas condiciones de vida que les llevará en muchos casos a entrar en la rueda de la irregularidad y de la delincuencia, en las que les será muy difícil salir de ella.
Eso si tienen más de 18 años, porque si no los tienen aún, se verán condenados a entrar en centros de acogida tutelados de los que rápidamente escaparan y pasar a formar parte de ese grupo de migrantes menores fantasmas, tutelados desamparados y condenados a vivir en la calle como mendigos y explotados; en el caso de las niñas, victimas de redes de prostitución. Los que consiguen cumplir la mayoría de edad en estos centros abandonan y de un día para otro se ven desamparados pues ya no tienen derecho a estar bajo la tutela de una administración.
¿Hará el alcalde de Marchamalo un seguimiento del proceso de integración social y laboral y analizará esa integración, buscando qué será del futuro de Mousaba, de Diop y del resto de los 100 de Marchamalo? ¿Les acogerá y organizará estrategias de acogida familiares y profesionales? Le invito a hacerlo, entonces descubrirá la verdadera esencia de la solidaridad y también el verdadero futuro al que esta avocando y en el que está colaborando y participando para esos 100 de Marchamalo.
Parece evidente que muchas ciudades de España y una parte de la propia sociedad española empiezan a no poder soportar más “migrantes ilegales”, pues están compitiendo con ellos por las ayudas sociales y muchos recursos de los que se ven privados y limitados, porque van destinados a ellos, como vivienda social, becas de material y comedor escolar y un sinfín de recursos, subsidios y ayudas.
Ante este problema de migración ilegal descontrolada unida a un malestar social y rechazo a estos “migrantes ilegales”, la izquierda ha decidido practicar esta solidaridad populista como en Marchamalo y tildar de insolidarios y xenófobos a los que pedimos un control de la inmigración en España, unas fronteras seguras, una deportación inmediata a quienes entran ilegalmente en España y la ilegalización de las ONG,s que son cómplices de este tráfico de personas.
Esta ceguera que tienen les lleva a decir que rechazar la inmigración es de derechas, de ser clasista y conservador, de ser facha y racista, de no tener valores y de ser inhumanos; cuando es lo contrario, es parte de los votantes de los partidos de izquierda, de nivel socioeconómico medio y bajo, el de esa España que madruga cargada de valores, de esfuerzo y trabajo, la que nutrirá con su voto a partidos que quieran poner a los españoles y a España los primeros para disfrutar de sus ayudas y servicios, porque ya han despertado y están dándose cuenta de que ese izquierdismo hegemónico está en pánico y no dice nada más que mentiras para intentar engañarnos y manipularnos.
Nuestros refugiados son esos 3´5 millones de españoles que viven con menos de 350 euros al mes. Son familias con uno o más hijos a su cargo y están en grave riesgo de pobreza y exclusión. Estos deben de ser el primer objetivo de nuestra solidaridad y ayuda. A ellos deben ir destinados los recursos que pagamos con nuestros impuestos, a ellos y a mejorar nuestras pensiones, nuestros sueldos, nuestras prestaciones, nuestra sanidad, nuestro maltrecho mundo rural, nuestras ayudas y subsidios, nuestra educación. Porque España y los españoles han de ser lo primero.
Antonio de Miguel Antón. Vicesecretario nacional de Formación en VOX
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