Ayer, a partir de las siete de la tarde, las calles de Pastrana comenzaban a llenarse con los colores de las peñas locales. Los peñistas, muchos de ellos disfrazados con atuendos variopintos, encaminaban sus pasos hacia la Plaza del Ayuntamiento. Cuando pasaban diez minutos de las ocho, el corazón de la villa ducal se había colmado de alegría para afrontar, con ella, lo más granado de las fiestas en honor a la Virgen de la Asunción, patrona de Pastrana. En los días precedentes, aprovechando la época de máxima ocupación de la localidad, el programa de fiestas había convocado a los pastraneros a diferentes actividades deportivas y concursos, en las que hubo propuestas para todos los públicos.
Antes de que sonara el chupinazo, bien alto sobre La Colegiata, Pastrana escuchaba el emotivo pregón que pronunciaron dos personas muy queridas en el pueblo: Pedro Amalio García y su esposa, Margarita Montes. El matrimonio ha llevado a cabo un trabajo magnífico durante largos años “promocionando la práctica de las disciplinas del judo y la lucha desde la Escuela Altair, con magníficos resultados, e integrándose además en la vida del pueblo desde su llegada, allá por el año 2000”, como se encargaba de recordar ayer el alcalde de Pastrana, Ignacio Ranera, en la presentación de los pregoneros y en su saludo a las peñas.
Por motivos laborales, Margarita y Pedro deben cambiar su destino profesional a Cantavieja (Teruel), razón por la que el Ayuntamiento les propuso despedirse multitudinariamente de los pastraneros dando el pregón de las fiestas. Por eso, las palabras iniciales de los pregoneros fueron de agradecimiento por “poder expresar públicamente los sentimientos que tenemos hacia vosotros”, dijo Pedro Amalio. Sin embargo, la de ayer no fue la primera vez que salían al balcón de la Casa Consistorial en fiestas. La primera tenía lugar hace unos años, como miembros del Club de Lucha Altair y de la Escuela de Lucha de Pastrana, para recordar dos logros: el premio 'Popular Nueva Alcarria' y su reconocimiento como 'Mejor Club Deportivo Provincial' por parte del Ayuntamiento de Guadalajara.
“De una manera u otra hemos tenido contacto prácticamente con todos los vecinos, por eso, de todo corazón, queremos daos las gracias a todos por lo que nos habéis aportado”, siguió el pregonero. Recordaron ambos, Pedro y Margarita, la trayectoria de la Escuela de Lucha Altair: “Hemos trabajado con la juventud de la comarca y con los no tan jóvenes y hemos intentado desde este rincón de La Alcarria abrirles los ojos a nuevas experiencias, a nuevos lugares, a nuevas formas de ver las cosas, diferentes posibilidades, a conocer otros pueblos, ciudades, países, otras culturas, otras costumbres y otras personas; en definitiva, a crecer”. Y también hicieron lo propio con los valores deportivos que, desde la escuela, han tratado de inculcar a los deportistas de la comarca. “Hemos intentado enseñarles que ganar o perder no es lo más importante, que perder no tiene que significar ser derrotado, la importancia de la lealtad, de la honradez, de la entrega, del compañerismo y el trabajo en equipo, a alegrarse por la victoria de un compañero, a llorar por la derrota de otro, que con esfuerzo, trabajo, constancia y disciplina se pueden alcanzar los objetivos por difíciles que sean, a luchar por sus sueños, y de alguna manera, también a luchar por su futuro y por su vida”.
Pedro y Margarita, acompañados por sus hijos, que también quisieron decir unas palabras a Pastrana desde el balcón, saludaron a todas las peñas del pueblo antes de que fueran proclamadas las majas de 2018, que este año son Mónica López, Yohanna Viana y María Gómez, y sonara el chupinazo. VER MAJAS. El cohete lo lanzó Sergio de la Fuente. Como había hecho antes Ignacio Ranera, el peñista pidió un aplauso y el reconocimiento público para el trabajo de los concejales Carlos Largo y Mario de la Fuente. VER CHUPINAZO. Acompañando a Pastrana en el inicio de sus fiestas estuvieron los diputados Pedro Sánchez y José Angel Parra, entre otras personalidades locales y provinciales.