CULTURA

Un brillante concierto de piano en Sigüenza, y de viola con piano, cierra el año musical de Bell´Arte Europa

En el habitual Concierto de Navidad que ayer cumplió trece ediciones

Redacción | Sábado 08 de diciembre de 2018

La Asociación Bell´Arte Europa despidió anoche el año 2018 con un magnífico concierto de tres intérpretes, que fue dividido en dos partes. En primer lugar, el joven pianista, de 20 años, Arturo Grossi interpretó, en solitario, obras de Claude Debussy, de Ferruccio Busoni y de J.S. Bach (adaptada para piano por Franz Liszt).

Grossi tocó, en primer lugar, las 'Imágenes' (primer libro) del autor francés, que son su visión musical de la corriente impresionista en la pintura. Debussy escribió la obra en 1905, y fue considerada por su mismo autor como una de sus mejores composiciones. En una carta escrita a su editor, Jacques Durand, afirmó que “sin falsa modestia, creo que las tres piezas que integran la composición encontrarán su lugar en la literatura para piano, a la izquierda de Shumann o a la derecha de Chopin”. “Tenía razón, es de lo mejor que ha escrito para piano”, valora Bernadetta Raatz, presidenta de Bell´Arte Europa.

Debussy compuso dos libros de 'Imágenes'. El primero, elegido ayer por Grossi, lo integran tres piezas. En la primera, 'Reflejos en el agua', intenta imitar con el piano sonidos que no son propios del instrumento, como el del agua, moviéndose caprichosamente mientras sus ondas alteran la luz, con constantes cambios de colores musicales. “Debussy, como Ravel, transformó en música la misma corriente artística que los pintores llevaron a los lienzos”, sigue Raatz. La segunda pieza de estas 'Imágenes' es un homenaje a un músico barroco francés, llamado Rameau. Jean-Philippe Rameau (Dijon, 25 de septiembre de 1683 - París, 12 de septiembre de 1764) fue un compositor, clavecinista y teórico musical francés, muy influyente en la época barroca. En esta composición, Debussy incluye sonoridades de aquel periodo musical, que también le influyó. La tercera pieza se llama 'Movimiento', y es la conclusión de la obra.

La segunda obra que interpretó Grossi fue la 'Fantasía de cámara súper Carmen', compuesta por Ferruccio Busoni, sobre varios temas de la Opera de Bizet, entre ellos la famosa 'Habanera'. Busoni, más conocido como virtuoso del piano que como compositor, escribió esta fantasía en 1920. VER UN FRAGMENTO. La pieza destaca por su dificultad, “como la mayoría de sus composiciones”, afirma Raatz. Está hecha para lucirse y desplegar todo el abanico de posibilidades del intérprete.

La tercera obra para piano que interpretó Grossi fue una transcripción escrita sólo para piano por Franz Liszt del 'Preludio y fuga en LA menor BWV 543' de Bach. El compositor húngaro fue el primero que empezó a transcribir obras para piano. “Este preludio y fuga, es de los más conocidos y bonitos escritos para órgano. A Liszt le fascinaba el sonido del órgano. Lo tocaba, e incluso tiene composiciones para este instrumento, así que una de sus iniciativas musicales fue trasladar su sonoridad al piano. El resultado en este caso es una obra de gran belleza que permite el lucimiento del instrumento y, lógicamente del pianista”, sigue Raatz. Como Busoni, Liszt era un virtuoso del piano, y sus composiciones desarrollaron tanto el instrumento como la técnica para tocarlo. La transcripción que interpretó anoche el joven pianista fue uno de los ejemplos de cómo se fue desarrollando el instrumento en el siglo XIX.

En la segunda parte del concierto se pudo escuchar un formato musical nuevo en la ciudad, el formado por viola y piano. Obviamente no era la primera vez que se escuchaba la viola, instrumento del que ha habido en años anteriores magníficos conciertos en el Festival de Música de Cámara, de la mano de cuartetos de cuerda, pero sí de esta dupla, que ayer protagonizaron Bernadetta Raatz al piano e Ignacio Marino a la viola.

En primer lugar sonó la 'Sonata en La menor, D821, Arpeggione' de F. Schubert. La pieza fue compuesta para un instrumento de nueva creación, el 'arpeggione'. Tenía seis cuerdas y era un hibrido entre guitarra y violoncelo. Se inventó a principios del XIX, e intentaron darle mucha publicidad, aunque con mala fortuna, puesto que desapareció pocas décadas después. Pese a que no cuajó, uno de sus intérpretes encargó a Schubert que escribiera esta sonata, precisamente para este instrumento. Al no sobrevivir al paso del tiempo, la obra tiene varias versiones, para violín, para violonchelo, que es el más parecido al arpeggione original, e incluso para flauta y clarinete. No es una obra cargada de textura, pero sí de una belleza trasparente, al tiempo que muy exigente para los intérpretes.

La última obra del concierto fue la 'Sonata en Fa menor, op. 120 nº1, para piano y viola escrita por Brahms. El compositor alemán la escribió en la última etapa de su vida, prácticamente saliendo de su retiro, porque conoció a un clarinetista que le inspiró. VER UN FRAGMENTO. Para darle más publicidad a su composición, Brahms hizo una versión para viola, de manera que hoy se toca con los dos instrumentos y es de interpretación obligada en el repertorio más célebre de ambos. “Es muy difícil de tocar, como todo Brahms. Requiere mucho control de sonido por parte de viola y piano. La riqueza de textura en la parte de piano debe ser compensada por el violista elevando el sonido de su instrumento por encima de su sonido habitual para compensar el del piano”, termina Raatz. VER ENTREVISTA CON IGNACIO MARINO.

El Concierto de Navidad de Bell´Arte Europa lo presentó la concejala de Cultura, Sonsoles Arcones, y supuso el decimotercer aniversario una iniciativa, que en su día fue el primer concierto de la Asociación en la ciudad del Doncel. El ciclo de clásica es una iniciativa que cuenta con el apoyo y patrocinio del Ayuntamiento de Sigüenza, además de con la colaboración de otras muchas empresas locales. VER PRESENTACION SONSOLES ARCONES.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas