Viernes 26 de abril de 2019
Profanos en la materia y profesionales llevamos tiempo oyendo hablar de términos como industria 4.0, digitalización, robotización, inteligencia artificial y otras muchas nuevas tecnologías de las que nos dicen que cambiarán nuestra forma de vida. A menudo, se nos ponen ejemplos de aplicaciones concretas que afectarán a nuestro día a día y, de hecho, somos ya testigos de los primeros conflictos laborales que surgen como consecuencia de nuevas aplicaciones en el sector de taxi.
Sin duda, estamos ante una revolución tecnológica que poco a poco irá calando en los distintos ámbitos personales, laborales y sociales y, con ello, generando grandes oportunidades y beneficios, pero también pudiendo crear muchas desigualdades e incertidumbres.
Se presenta ante nosotros el reto de que todas las gentes de las distintas regiones de nuestro territorio y, de los distintos estamentos sociales, tengan la oportunidad de subirse a este tren tecnológico impidiendo que se generen brechas digitales a las que será más difícil poner remedio con posterioridad.
Guadalajara tiene, desde mi punto de vista, condiciones particulares que la hacen especialmente sensible a los nuevos desarrollos tecnológicos, apareciendo ventanas de oportunidad importantes en determinados ámbitos. Por un lado, para la Guadalajara rural, supone una posibilidad de atraer población basándose en las nuevas formas de trabajo y en las oportunidades de desarrollo que se le presentan al sector del turismo cultural y rural. Para la Guadalajara urbana del Corredor del Henares, supone la posibilidad de salir de un modelo económico basado en el sector de la logística para apuntar hacia actividades de mayor valor añadido. En este sentido, es destacar la importante robotización que el sector logístico acometerá en los próximos años sustituyendo a las personas por máquinas y a los trabajadores poco cualificados por otros con mayor formación.
Para que Guadalajara pueda adaptarse a este nuevo escenario, es necesario llevar a cabo profundas reformas y mejoras en distintos ámbitos.
Por supuesto, es preciso garantizar el acceso a las redes de banda ancha en todos los municipios de la provincia, aspecto que está todavía pendiente de resolver. Pero también es necesario mejorar educación de nuestros hijos para dotarles de las competencias y habilidades necesarias en el siglo XXI y reorientar a los desempleados hacia nuevos sectores con demandas de profesionales en alza.
Todo ello, unido a un plan para favorecer la creación y la atracción de empresas de alto contenido tecnológico a nuestros parques empresariales, permitirá desarrollar un modelo económico sostenible, altamente productivo y que permita ofrecer empleo de calidad.
Además, la Administración deberá también implementar nuevas tecnologías con objeto de conseguir el tan ansiado papel cero en los trámites administrativos.
Somos un gran país que hemos conseguido grandes logros y, en Guadalajara, en esta ocasión estamos preparados para liderar este cambio.
El próximo domingo, animo a todos los ciudadanos de Guadalajara a que me apoyen con su voto para hacer realidad este proyecto. Con su voto, con mi formación como Ingeniero de Telecomunicaciones y con mi experiencia profesional, trabajaré desde el Senado para que Guadalajara se convierta en un mejor lugar para vivir y para que todos sus ciudadanos mejoren su calidad de vida.
Felipe Oliva
Candidato de Cs al Senado por Guadalajara
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