Los autónomos y las pequeñas y medianas empresas están impulsando el crecimiento económico del país, pero a menudo han de hacer frente a problemas que ponen en riesgo su estabilidad. Uno de los más importantes es la dificultad de financiación. Sin capital, es imposible asumir gastos y se reducen las expectativas de futuro.
La financiación bancaria tradicional resulta compleja; los bancos quieren seguridad y los requisitos para acceder a un préstamo dejan fuera a la mayoría de emprendedores. Por eso es necesario buscar fórmulas alternativas, como las que se pueden encontrar en descuentoglobalfinanciero.com. Se trata del descuento de pagarés y del factoring público, entre otras; son dos formas de conseguir capital que han resuelto ya los problemas de liquidez de miles de autónomos y pequeños empresarios.
El pagaré es una forma de pago aplazado muy frecuente entre las empresas. No es más que un compromiso de pago que queda reflejado en un documento. A través del pagaré, el emisor o librador se compromete a pagar al beneficiario (o tenedor) una deuda pendiente en una fecha concreta.
La firma de un pagaré implica siempre una espera. Pero hay una forma de adelantar el cobro y es ponerse en contacto con una empresa especializada y cederle el derecho de cobro (endoso). Es lo que hace por ejemplo la empresa DGF: compra un pagaré pendiente de pago, liquida al emisor la parte que le corresponde y se encarga después de cobrarle a la empresa deudora.
Esta fórmula de descuento de pagarés lleva asociada una comisión, pero el cliente sale ganando. En primer lugar, porque no tiene que esperar a la fecha de vencimiento del documento, y en segundo lugar, porque se desentiende por completo de la gestión del cobro. En resumen, el emisor del apagaré cobra antes, se despreocupa de la deuda y obtiene dinero líquido para invertir en lo que precise.
La empresas que trabajan para las administraciones públicas cuentan con una ventaja: tienen la seguridad de que van a cobrar; el problema es cuándo. En la mayoría de los casos, los pagos se efectúan a 60 ó 90 días, lo que obliga a esperar y a gestionar muy bien el capital. Con plazos de cobro tan largos, es difícil hacer frente a los gastos diarios y, si se presentan imprevistos, las complicaciones aumentan.
Pero, al igual que sucede con los pagarés, existe la posibilidad de adelantar los cobros, y es recurriendo al factoring público. Se trata de un anticipo de facturasy se gestiona a través de empresas especializadas como DGF. El procedimiento es muy simple: el cliente presenta la factura que tiene pendiente de cobro y la empresa le adelanta la cantidad descontando los gastos de gestión. Toda la operación se puede realizar vía online, lo que aporta mayor rapidez y comodidad a la operación.
Al margen del descuento de pagarés y del factoring público, los autónomos y pequeños empresarios también pueden obtener capital a través de una financiación a medida. Las empresas como DGF elaboran planes financieros personalizados, para que el cliente disponga en todo momento de una economía competente y saneada.