CASTILLA LA MANCHA

Según Ecologistas en Acción, el Gobierno en Castilla-La Mancha no asume los importantes retos que se han de afrontar en esta crisis ecológica

Ecologistas en Acción Castilla-La Mancha renueva y refuerza su equipo de coordinación regional para que se modifique una acción política que queda al servicio de los intereses económicos

Redacción | Miércoles 24 de julio de 2019
El nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha se está presentando con la idea de proyectar una imagen de impulso a las políticas medioambientales. Se ha creado una Consejería que se llama de Desarrollo Sostenible, alguna nueva dirección general y se han planteado como líneas maestras de la acción de Gobierno el impulso de las energías renovables, de la economía circular y la defensa del agua.

Para Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha estas iniciativas pero, sobre todo, el contexto y la forma en las que se están planteando, distan mucho de ser las necesarias para afrontar los grandes retos medioambientales que están en juego.

En Castilla-La Mancha parece no terminar de entenderse el calado de los problemas ambientales que acucian a la región, y que de forma creciente han alimentado movimientos sociales y plataformas de defensa ambiental. Inquietud social que aumenta en Europa y que ha empezado a ser liderada por quien más ve su futuro y el del planeta en juego: la juventud.

Desde Ecologistas en Acción señalan que no se pueden dar soluciones, ni ejercer una adecuada acción de Gobierno, si no se hace un buen diagnóstico de esa situación ni se asumen las responsabilidades que a cada cual le son propias. Mucho menos si por el contrario, todo se ve desde una óptica economicista a corto plazo.

Castilla-La Mancha está inmersa y contribuye a una crisis ecológica que se plasma en dos grandes problemas: el cambio climático y la pérdida creciente de biodiversidad. En ellos confluyen y de ellos se derivan situaciones que no sólo afectan al medio ambiente, y a recursos como el agua o el aire, sino también a la calidad de vida, la salud y al bienestar económico.

Parece que lo coherente sería una declaración de emergencia ambiental, como por ejemplo se ha planteado en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, en Castilla-La Mancha se siguen manteniendo recetas del pasado, con miras desarrollistas amparadas en una ambigua y rancia concepción de lo que es la verdadera sostenibilidad.

A veces unas palabras son muy reveladoras. Y en este caso, las del Presidente de la Junta reclamando más presupuesto regional para poder hacer más kilómetros de carretera, como expresó en la presentación del nuevo Gobierno, lo son y mucho. Sobre todo porque además no se observó en sus palabras posteriores ningún énfasis que no fuera el de insistir en ideas similares a esa traducidas a las distintas áreas de gobierno.

Las señales que está dando el nuevo Gobierno no son muy halagüeñas y se observa un continuismo muy preocupante.

En materia de medio ambiente es muy llamativo que la nueva consejería no incorpore en su denominación el término medio ambiente, y que éste quede una vez más en un segundo nivel, en el marco de una viceconsejería. Tampoco lo es que junto a las competencias ambientales se
incluyan las de la minería, las de telecomunicación o las de energía. Cuestiones que deben evaluarse con independencia desde la óptica del medio ambiente.

Con algunas felices salvedades en el organigrama como la Dirección General de la Agenda 2030 o que se visualice la importancia de la biodiversidad, parece que el medio ambiente se va a gestionar como en otras ocasiones. Acumulando en la Consejería competencias no medioambientales y repitiendo el modelo de la que en su día se denominó Consejería de Industria y Medio Ambiente, que no hizo otra cosa que alimentar la especulación y la burbuja de las renovables, en cuya segunda versión ya nos encontramos.

Tampoco es bueno que las competencias en agua se le adjudiquen a agricultura, precisamente el sector que mayor crisis hídrica produce en nuestro territorio. Lo que además debilitará la posición de la región para reclamar el fin del trasvase Tajo-Segura.

Por su parte, la llamada economía circular está ya llenando de vertederos de residuos industriales nuestra región. Y amenaza con aumentar la importación de lo que otras regiones no quieren. Ya no será suficiente ni la tasa de vertido que se anuncia, mientras sea negocio lucrativo generar residuo, se
aumentará el problema.

En Castilla-La Mancha hay una doble crisis ambiental, que exige iniciativas valientes y que vayan por delante de los acontecimientos, no por detrás.

A tal fin, Ecologistas en Acción de Castilla-La Mancha ya planteó a los partidos que concurrieron a las elecciones cuales podrían ser los objetivos y las medidas a aplicar en materia de medio ambiente. Y ahora ve que quien las ganó y va a gobernar no parece muy dispuesto a asumirlos.

Ante ello se augura una legislatura de grandes reivindicaciones medioambientales, en las que será una vez más la ciudadanía la que tenga que tomar la palabra y hacer ver a los políticos que el medio ambiente es una verdadera prioridad.

Para fortalecer su acción en la región Ecologistas en Acción ha decidido renovar y reforzar el equipo de coordinación en Castilla-La Mancha, "contamos con un nuevo coordinador regional, Sebastián Rivera, y un nuevo co-portavoz, José Manuel Hernández·.

Por su parte, Miguel Ángel Hernández que lleva 20 años alternando esas funciones pasa a ejercer labores de apoyo y de asesoría técnica y jurídica. Con esta configuración, a la que se suman los grupos y federaciones regionales, la asociación espera estar a la altura de lo que viene por delante.

Todos ellos, así como el conjunto de la federación ecologista, se ponen desde hoy a trabajar y a disposición del nuevo Gobierno y, sobre todo, de la ciudadanía para mejorar de verdad el medio ambiente de la región.

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