Artículo de la consejera de Bienestar Social con motivo del Día Internacional de la Solidaridad
Sábado 31 de agosto de 2019
Hoy es el Día Internacional de la Solidaridad y como cada 31 de agosto celebramos los compromisos con la Declaración del Milenio, firmada por la ONU en el año 2.000. El objetivo de esta declaración es: “reconocer que la solidaridad no es un requisito moral sino una condición previa para la eficacia de las políticas”.
Castilla La-Mancha se adelantó cinco años a esta declaración internacional, primero con la creación del Plan Regional de Solidaridad y este mismo año con la Ley de Solidaridad que regula las prestaciones económicas y los programas de Inserción Social. Esta región ha sido pionera en dar reconocimiento legal a los principios y valores solidarios.
Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha somos muy conscientes de la importancia de adherirnos y apoyar causas ajenas con el mismo compromiso con el que lo haríamos si se tratase de nuestros propios problemas. Por ello, abordaremos en un plazo reducido de tiempo la tramitación de la Ley del Tercer Sector. Será, sin duda, una señal más de la importancia de llevar los valores que hoy conmemoramos a las leyes que organizan nuestra vida social y pública.
Somos una región que ha defendido la importancia de la solidaridad como principio fundamental y como un valor a proteger, lo ha dicho en numerosas ocasiones el presidente, Emiliano García Page. Hemos demostrado que la solidaridad no sólo nos hace mejores personas, sino que nos hace mejor comunidad, expresándola dentro y fuera de nuestro territorio, a través de la Ley de Cooperación Internacional.
De hecho, a instancias de la Ley de Solidaridad, Castilla-La Mancha creó el Consejo Regional de Cooperación para el Desarrollo, como organismo consultivo que da voz a los agentes sociales en la toma de decisiones de asuntos relacionados con las iniciativas solidarias que desarrollamos en los países más empobrecidos.
En la sociedad castellano-manchega hemos entendido la importancia de dotar a las personas más necesitadas de mecanismos y medios para ser autónomos y no sólo de ayuda. Hablar de solidaridad es hablar de un patrimonio común de todos y todas. Hablar de solidaridad es facilitar el crecimiento personal y familiar de los que más lo necesitan. Y hablar de solidaridad es creer necesario garantizar el Ingreso Mínimo de Solidaridad para luchar contra la pobreza.
Tenemos la solidaridad en nuestro acervo común y es por esa visión tan ligada a la justicia que hemos sido una de las primeras regiones en hacer de la solidaridad nuestra bandera.
Aurelia Sánchez
Consejera de Bienestar Social
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