Los smartphones se han convertido en los últimos años en un apéndice más de nuestro cuerpo, una extensión de nuestro brazo. Con un smartphone en nuestras manos podemos hacer prácticamente de todo, incluido periodismo, o mejor dicho, fotoperiodismo.
En fotografía y periodismo, cada vez son más los profesionales que utilizan móviles para tomar fotografías artísticas o informativas. Las aplicaciones que permiten retocar imágenes desde el terminal y difundirlas en la red son muy numerosas. A esto se suma el impacto de las redes sociales, especialmente Instagram, con sus conocidos filtros, como Snapchat, y las emisiones en directo.
En tiempos en los que un mensaje en Twitter se convierte en noticia o en fuente informativa, cada vez más profesionales recurren a la agilidad y discreción de los nuevos artilugios tecnológicos. Esto está llevando a cambiar el lenguaje visual en favor de verdades inéditas y a dar lugar a un nuevo concepto de fotoperiodismo en la era del teléfono inteligente.
¿Basta con grabar imágenes y editar vídeos para hacer periodismo gráfico?
La duda que tienen muchos profesionales es si basta con tener a mano una herramienta tan potente como un smartphone, y aparentemente sencilla de utilizar, para poder denominar a esa tarea informativa de compartir imágenes y vídeos como fotoperiodismo
En la web Oberlo te muestran aplicaciones, si quieres edita tu vídeo desde el móvil con estas apps para que pueda ser compartido en redes sociales. Sin embargo, cuando haces esto, estás realmente haciendo fotoperiodismo.
Desde que vivimos en la era de la tecnología y las redes sociales, numerosos conflictos o disturbios han pasado a ser difundidos a través de estas plataformas. Los usuarios aluden que, solo en internet pueden encontrar información libre que se aleje de los mass media, una afirmación que, cuando menos, es para ponerla muy en duda.
A pesar de esta concepción tan optimista sobre lo que puede ofrecer internet y las redes sociales, es cierto que el hecho de que hoy en día cualquier persona pueda grabar con su teléfono móvil amplia la perspectiva y da lugar a nuevos puntos de vista.
La realidad no es siempre como la cuentan los medios, pero tampoco es como la cuentan desde los vídeos caseros grabados con un teléfono móvil, ya que estos también se pueden editar. Un ejemplo de ello lo puedes comprobar aquí, sigue este enlace y descubre un editor de vídeo para el sistema operativo Android.
¿Cómo hacer de las imágenes tomadas y editadas con un teléfono móvil un contenido informativo y periodístico?
Cualquier imagen o vídeo que se obtenga desde un teléfono móvil es información, pero no toda la información gráfica es noticia o debe ser tratada como contenido periodístico. No basta con que jóvenes que protagonizan marchas de protesta en Cataluña, Chile, Bolivia o que se manifiestan contra la emergencia climática graben imágenes para considerar ese contenido como fotoperiodismo.
Los profesionales gráficos de la información, cuando ejercen su oficio valiéndose de estas nuevas plataformas que ofrece la tecnología, atienden a una serie de criterios y deben poner siempre sobre el centro del debate la cuestión del rigor.
Si los contenidos que se graban con dispositivos como móviles sirven para desmontar manipulaciones de los medios o para ofrecer otras visiones de los conflictos, bienvenidos sean estos contenidos, pero la realidad es que no es justo dotar de absoluta veracidad a estos contenidos más “amateurs” que a los creados por los medios de comunicación tradicionales.
Las redes sociales y los influencers
Más allá del periodismo gráfico, si algo han conseguido crear las redes sociales y la tecnología cada vez más avanzada en los dispositivos móviles es fomentar la burbuja de los influencers. Los influencers son perfiles en redes sociales que usan estas plataformas para darse a conocer acumular seguidores y comenzar a generar ingresos a partir de su capacidad de influencia.
Los influencers, que guardan mucha relación con los youtubers y los “tuit stars”, no son figuras despreocupadas por la sociedad que solo tienen “artificialidades” en su cabeza. Para llegar hasta ese estatus controlan al máximo todas sus publicaciones, establecen planificaciones sobre su agenda y cuidan al máximo cada contenido que suben a las redes sociales.
Instagram es, en ese sentido, la red social que mayor culto a la imagen ofrece. Los usuarios, con la ayuda de los filtros, consiguen embellecer sus rostros y desfigurarlos, lo que ha llevado a la plataforma a retirar algunos de estos filtros, en concreto los AR, creados por Spark AR Studio.
Con esta medida Instagram pretende reducir la dismorfobia corporal, esto es, el trastorno que se relaciona con la percepción que tiene una persona de su propia imagen física. A juicio de la red social, estos filtros se asocian a la cirugía plástica.
En otra plataforma,Youtube, están ganando mucha fama los youtubers que se dedican a la divulgación. En la actualidad podemos encontrar decenas de casos de éxito que se dedican a divulgar contenidos sobre ciencia, literatura, arquitectura, historia, música o actualidad política, entre otras disciplinas.
Para publicar todos estos contenidos han de realizar un enorme trabajo de grabación y edición de imágenes y guión y maquetación de textos que se traduce en muchas horas fuera del foco de las pantallas que no se visualiza en diez minutos de vídeo, pero que está ahí, y que está ahí en parte gracias al avance de las tecnologías.