GUADALAJARA

Vísperas de San Vicente, con sabor a IX Centenario

Anoche se prendió la hoguera, bajo la lluvia y la nieve, en la Plazuela de San Vicente, junto a la Casa del Doncel, mientras que hoy se celebra misa y procesión en honor del Santo, oficiada por el obispo de la diócesis, Atilano Rodríguez

Redacción | Miércoles 22 de enero de 2020

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No se está cumpliendo en estos días el dicho popular seguntino que dice aquello de “por San Vicente, el invierno pierde un diente”. Muy al contrario, en lo meteorológico, al tiempo que los cinco hermanos menores de la Cofradía de San Vicente, junto a empleados del Ayuntamiento, terminaban de preparar la leña de la hoguera, la temperatura bajaba hasta los dos grados sobre cero. Del cielo gris plomizo, a ratos caía más nieve que agua, e incluso en algún momento copos como mantas. Sin embargo, el suelo mojado y frío, nunca llegó a estar blanco. Es costumbre que los cofrades paguen el almuerzo.

A partir de las cinco, el artificiero local, Jaime Gómez Olalla, junto a su inseparable Jesús Canfrán, callejeaba por la ciudad, tirando cohetes. Anunciaban la víspera de San Vicente, y con ella, el final de la novena que se reza en la Iglesia románica, emblema de la ciudad, construida en 1156 y ampliada a principios del siglo XIII, que guarda en ella una reliquia del Santo desde su misma fundación, según explica don Gerardo, Gerardo López. No en vano, fue durante 36 años su párroco.

Según unos historiadores, la mayoría, hoy se cumplen 896 años desde que el obispo cluniacense Don Bernardo de Agén tomara la alcazaba árabe y reconquistara Sigüenza. Según otros, serán 897. Cuenta la tradición que lo hizo al tercer asalto, a caballo entre el día 21 y el 22 de enero, onomástica de San Vicente. Por eso, el Santo, un diácono de San Valero nacido en Huesca y torturado y quemado en la hoguera en Valencia durante la persecución a los cristianos por parte del emperador Diocleciano en el año 304, es el patrón de Sigüenza. Los mayores dicen que, recordando el lugar de su martirio, del pino que está siempre en el centro de la hoguera cuelgan unas naranjas. También ayer.

A las seis y media de la tarde, sonaban las campanas de San Vicente. Las tañía Maruja, la sacristana de la Iglesia, llamando a los fieles a la novena, que comenzara el pasado 13 de enero. Allí estaba la imagen del Santo, que saldrá esta mañana en procesión. Y si impresionante es la portada y su estampa en medio de la ciudad medieval, aún más lo es el Cristo protogótico que preside el altar del templo. Los hermanos de la Cofradía de San Vicente, organizadora de la fiesta, actualmente 133, en espera de las dos próximas altas, de otros tantos recién nacidos, habían engalanado la imagen con bellos centros de flores. Los hay que vienen ex profeso de Madrid o de Alcalá de Henares, pero también desde Málaga. En Sigüenza, se le tiene muchísima fe.

A las siete de la tarde, cientos de fieles, resguardados con abrigos y paraguas de frío y lluvia, respectivamente, esperaban que la puerta del templo, de madera y con pestillo antiguo, se abriera para que el actual párroco de San Vicente, Jesús Montejano, saliera a bendecir las rosquillas del Santo. Le acompañaron, entre otros, Jesús de las Heras, deán de la Catedral, don Gerardo, el hermano mayor entrante, Javier Hervás Cuevas, y el saliente, Mariano Hervás Cuevas, que apura los últimos días como cabeza visible de la Cofradía, entre otros. Además de portar la insignia, también es cometido del hermano mayor representarla en todos los actos a los que sean invitados a participar, tal y como recogen las primeras normas que se conservan de esta organización seguntina (1726). Con suerte, se es hermano mayor una vez en la vida, siempre por riguroso orden de inscripción. Este año, y además de en actos religiosos de Sigüenza, la Cofradía ha sido invitada a participar en otros, celebrados en Brihuega y Guadalajara.

Así, Montejano y Hervás encabezaban la comitiva en dirección al número diez de la Travesaña Alta, frente al templo, que es el lugar donde cada año se ponen a la venta entre los fieles las rosquillas del Santo. Por segunda vez, las ha horneado la panadería Los Gustos de Antes. Se vendieron todas, setecientas docenas, a razón de tres euros cada una. Es costumbre que sea la familia del hermano mayor quien se encargue de la venta, recaudación y puesta a disposición de la Cofradía de los fondos, cometido que también corresponde a Jesús Martínez, el tesorero. Con el beneficio, se mantiene la Hermandad, que es la que contrata a los músicos, los dulzaineros y sus redoblantes, ahora de Sigüenza y de Cuéllar, y antes, de El Burgo de Osma.

Después de que Montejano, ayudado por De Las Heras, bendijera las rosquillas, hizo lo propio con la hoguera. Pasadas las siete de la tarde se prendía el fuego. La pira, de algo más de cuatro metros de altura, comenzó a arder, fundiendo la nieve. Chispas y copos se hermanaban en el aire, como la dulzaina con el tamboril.

No paró de llover, como tampoco pararon las piezas. Mari Carmen Riesgo, Alfredo Ramos, Agustín Canfrán y José Antonio Arranz, entre otros, hilvanaban pasadobles con pasacalles. Y cuando la leña se convirtió en ascuas, y las ascuas en tizones, quien más, quien menos, acabó con la señal en la cara de su paso por San Vicente 2020.

Diferentes personalidades locales y provinciales se acercaron anoche a presenciar la hoguera, y a participar de las tradiciones seguntinas. La alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, afirmaba que “la víspera de San Vicente es un día especial para la ciudad. La hoguera se llena de gente, y hoy también, a pesar del frío, y de la lluvia y la nieve, para vivir este momento especial, que lo es aún más con el anuncio reciente de que, tarde o temprano Sigüenza será Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, de la mano también del IX Centenario de la reconquista de la ciudad. Vamos a vivir cuatro años interesantes, en los que vamos a contar con el apoyo de la Junta, a través de la Fundación Impulsa, para enriquecer un programa de actos que también formará parte del dosier con el que abordaremos la declaración”.

Para hoy, día 22 de enero, queda la celebración religiosa de San Vicente, que va a oficiar el obispo, Atilano Rodriguez, y la correspondiente procesión, y por la tarde, en el auditorio de El Pósito, a las 19:30 horas, el XXXIII Certamen de Dulzaina y Tamboril, José María Canfrán. Además, mañana, día 23 de enero, después de la Misa de Difuntos y de la correspondiente Asamblea de la Cofradía, recogerá la insignia de la hermandad, el hermano mayor entrante. Y por la tarde en la plaza Mayor se celebrará el Bibitoque, con gigantes y cabezudos, juegos japoneses, reparto de caramelos, toro de fuego y chocolate al son de las dulzainas y tamboriles.

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