Viernes 14 de agosto de 2020
No sé si estará en las Islas Cíes, en la Costa Brava, en Alicante, en La Malagueta, en Zahara de los Atunes o en un país extranjero, lo que tengo muy claro es que Page, a día de hoy, no está en Castilla-La Mancha.
Como los veraneantes en la playa, el Gobierno de Page lleva construyendo desde el pasado mes de marzo un castillo de arena sin cimientos, sin contrafuertes, sin asegu-rar, ese castillo de arena es su relato y su gestión en la crisis del coronavirus. Un re-lato y una gestión extremadamente frágil, delicada, que a cualquier revés o golpe de las olas se desmorona y se derrumba.
Desde el pasado 13 de marzo la gestión socialista de la crisis del coronavirus en Cas-tilla-La Mancha ha cumplido a rajatabla varias premisas como son la absoluta y total falta de autocrítica; el insulto reiterado de Page a cualquiera que vaya en contra del credo marcado (maestros, sanitarios, mayores, alcaldes, fallecidos); la constante y machacona culpabilización a la Comunidad de Madrid y la propaganda para lavar la denostada, desgastada y con poca credibilidad imagen de Page.
No somos superhéroes, eso lo tengo claro, y tras una crisis de este calibre con la ten-sión que genera en todos los ámbitos, más el desgaste de estar ‘cagándola’ día tras día en medios nacionales; los viajes a Barajas junto al consejero de Sanidad para ha-cerse una foto triunfal con respiradores inútiles; intentar ser el barón socialista bueno lavando tu imagen en esos mismos medios donde metiste la pata; intentar apagar los fuegos en tu propio partido porque tus alcaldes tienen ‘dos cosas que decirte’, etc… entiendo que eso cansa.
Pero, señor Emiliano García-Page, seguimos inmersos en una pandemia mundial, una crisis sanitaria sin precedentes y una crisis económica que, por mucho que usted y su gobierno quieran tapar, está ahí, latente, y los meses de septiembre y octubre serán dramáticos para el empleo y la destrucción de empresas. Septiembre será crítico cuando comience el curso escolar que, por cierto, todavía no sabemos cómo están planeando y despierta una incertidumbre entre profesionales de la Educación y padres nunca antes vista. Y sobre todo, septiembre, si todo sigue así, preocupa en el ámbito sanitario debido a los constantes rebrotes que afectan a toda la región y que, espere-mos, no vuelvan a saturar nuestros hospitales.
Es por todo eso, señor Page, que no es momento para irse de vacaciones, no hay lu-gar para el descanso y sí para la previsión, preparación y el trabajo de cara a un otoño que se vislumbra complicado. ¿Acaso piensa que sus paisanos, los castellano-manchegos, se han podido ir de vacaciones? ¿Piensa de verdad que los empresarios, hosteleros y autónomos golpeados por la crisis tienen oportunidad de irse a descan-sar?
Su castillo de arena, señor Page, se desmorona al igual que su credibilidad, su primi-tiva construcción con materiales poco adecuados se cae como cae, poco a poco su relato sin contundencia, que se tambalea con cada una de sus declaraciones y actitu-des, con sus hechos, señor Page, que le definen. No es momento de abandonar el ti-món del barco durante la tormenta porque, si es complicado darle un rumbo durante este periodo y usted no lo ha conseguido, imagínese si durante una semana lo deja a la deriva.
Una actitud la suya, señor Page, que ha encontrado una contraposición, un polo opuesto, alguien que hace todo lo contrario a lo que está haciendo el máximo respon-sable de la región (que se dice pronto). Paco Núñez, la verdadera y única alternativa a usted en Castilla-La Mancha, sigue trabajando, ha comprendido la gravedad de la si-tuación y ha considerado que seguir escuchando a las entidades y asociaciones es vital para preparar ese otoño complicado del que antes hablaba.
Mientras usted sigue poniendo parches a un castillo de arena que va a tumbar en cualquier momento una racha de viento o un golpe de mar; Paco Núñez está cimen-tando y construyendo desde la base una edificación fuerte, resistente y robusta, apo-yada sobre la sociedad civil y la escucha activa, apuntalada por los alcaldes y conce-jales que están al pie del cañón y, sobre todo, revestido de respeto a las instituciones, a los colectivos y, en definitiva, a Castilla-La Mancha.
Lamento señor Page que, de estos dos modelos de región, de relato y de gestión que se contraponen en Castilla-La Mancha, el de su débil castillo de arena en la playa y el de la construcción cimentada desde el respeto y la escucha activa de Paco Núñez, le haya tocado a usted ser el responsable de la región.
Pilar Alía Aguado
Senadora por Toledo del PP-CLM
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