Redacción | Sábado 20 de marzo de 2021
Las organizaciones alertan de que el acuerdo UE-Mercosur forma parte de un modelo comercial que ha fracasado. Sus objetivos van en contra de la acción climática, la protección del medio ambiente, la soberanía y la seguridad alimentaria, los derechos humanos y laborales y el bienestar animal.
A través de la bajada de aranceles comerciales entre las dos regiones, el acuerdo va a permitir que los países de la UE aumenten sus exportaciones en el sector automovilístico, farmacéutico y agroquímico hacia el Mercosur. Por su parte, los países del Mercosur van a incrementar sus exportaciones de productos agrícolas y ganaderos estrechamente vinculados a la deforestación de ecosistemas clave en la regulación del ciclo del agua, el mantenimiento del clima o la protección ante nuevos virus y pandemias, como la Covid-19.
Recientemente, la OMS advirtió que el 70 % de las pandemias están vinculadas a la deforestación. Organizaciones como el Observatorio do Clima de Brasil han denunciado que la situación en la Amazonía empeora cada año. Entre 2019 y 2020 la selva más grande del mundo perdió una superficie equivalente a tres campos de fútbol cada minuto, la cifra más alta en los últimos 12 años. El acuerdo UE-Mercosur añadirá una presión extra sobre estos territorios.
“El acuerdo incentivará aún más la destrucción y el colapso de la biodiversidad del Amazonas, el Cerrado y el Gran Chaco a través del incremento de las cuotas de ganado y etanol, perpetuando un modelo de agricultura extractiva, ejemplificado por el sobrepastoreo, la expansión de la ganadería intensiva y los monocultivos dependientes de pesticidas químicos”, alertan en el comunicado.
Además, las organizaciones denuncian que en lugar de fomentar el desarrollo de economías sólidas, diversificadas y resilientes, el acuerdo va a profundizar la relación desigual que existe entre los dos bloques, relegando a Latinoamérica a un rol de proveedor de materias primas e impidiendo su industrialización.
El proceso para su ratificación tras 20 años de negociaciones, y el anuncio de un acuerdo en junio de 2019, está en punto muerto debido a la fuerte oposición de la sociedad civil y de países como Francia y Austria. La Comisión Europea y el Gobierno de España apuestan por acelerar su aprobación a toda costa bajo la premisa de que el acuerdo es el mejor plan de recuperación económica. Una afirmación para la que no existen estudios de impacto económico detallados que la avalen.
Las organizaciones de la campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión denuncian la falta de coherencia entre las políticas comerciales y climáticas que impulsa el Gobierno de España. Mientras se tramita una nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética en el Congreso con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050, el Gobierno impulsa la deforestación, el aumento de las emisiones y la vulneración de los derechos humanos a través de la firma del acuerdo UE-Mercosur.
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