CULTURA

LETRAS VIVAS SEGUNTINAS : Sigüenza tiene un sueño…

Viernes 09 de abril de 2021
Hay algo que nos distingue al ser humano de los otros seres de la creación, y es nuestra capacidad de soñar. Soñar es gratis, soñar en positivo es instalarnos en un momento ideal, así como soñar en negativo es instalarnos en una pesadilla. Soñar, puede servir para evadirse, entretenerse, pasar el rato, pero también soñar puede servir para plantearse un objetivo, marcarse un rumbo y empezar a caminar.


Todos tenemos sueños y la mayor parte de ellos se quedan dormidos en nuestra alacena, pero cuando uno de ellos, empieza a tomar forma física y sientes que estás próximo a poderlo acariciar, ves que se ha despertado y se ha hecho carne, ¡eso no tiene paragón! Sigüenza, tiene ahora un sueño, un sueño en el que hay muchas personas empujando para hacerlo realidad; un sueño que hay que atraparlo, no lo podemos dejar dormido, y para ello, conscientes del punto de partida, instalados, de momento, en la poesía, hay que ponerse a caminar con botas de barro.

Verano del 97, fiestas de San Roque, la peña de los Pepinillos está en los toros, cinco de la tarde, calor y un sueño. Allí, sentados, en frente de la Casa del Doncel, con la plataforma vacía, donde por la noche organizaban las verbenas, soñamos que había que hacer algo; la decadencia de la casa era manifiesta en su exterior y nunca habíamos entrado para ver lo que quedaba de esa casa, antaño habitada por vecinos, que un día marcharon a buscar un paisaje mejor. Una persona, viene con la llave, abre la puerta y nos empuja a entrar y entonces, contemplamos una realidad obscura y triste, gatos, telarañas, humedades y plumas de palomas…, un gran contraste con la plaza soleada y cálida que habíamos dejado en el exterior.

¿Y cómo contagiar este sueño a otras personas para unirse y poder hacer de esta decadencia algo útil? Soledad, oídos sordos, silencio…. El desánimo, no tiene que poder con los sueños, hay que hacerse resistente al desaliento. Este panorama no nos frenó, seguimos con las botas puestas y no nos cansamos de andar, de recorrer caminos y de llamar a las puertas. Y pasaron los meses, y alguna noche se convirtió en pesadilla, pero un día esta puerta se abrió, y allí enfrente estaba otro soñador, ¡flechazo!, ¡entiende nuestro sueño! Y este fue el principio para que se hiciera una realidad. El 5 de octubre de 2002, la Casa del Doncel, se inauguraba solemnemente.

¡Sigüenza, tienes un sueño, resiste al desaliento, ponte las botas de barro y sigue el camino, allí estará tu futuro!

Gloria de las Heras
Fundación Ciudad de Sigüenza


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