La tecnología se ha puesto al servicio de todas las disciplinas y, cómo no, también de la medicina y la sanidad en su conjunto. Esto se puede mostrar de manera más tangible a través de los avances continuos que hay en la ciencia, con aparatos de monitorización mejores o herramientas a enfermos que les facilitan la vida.
Por otro lado, además, la tecnología sirve a los médicos con todo lo relacionado con la forma de organizar el conocimiento que existe al respecto de cualquier patología o situación. Así, a través de nuevas soluciones de inteligencia artificial como la de Dezzai por ejemplo se puede hacer un mayor diagnóstico gracias a la manera eficiente a la que se puede tener acceso a la información.
La importancia de compartir conocimiento y tenerlo bien estructurado
Este hecho no es baladí. Precisamente este año, con el coronavirus, muchos científicos de todo el mundo se han unido para compartir su conocimiento. La realidad es que el avance y el progreso sólo se puede hacer, o, mejor dicho, solo se puede hacer bien teniendo una visión global de los conceptos para luego ir descendiendo en cada particularidad.
Ningún centro de investigación debería ser una isla. Por eso, precisamente, desde el CSIC se pusieron en abierto muchos de los estudios realizados desde que estallara la pandemia, entendiendo que podría ayudar a otros centros o grupos para descartar vías de investigación y plantear soluciones ya comprobadas.
Algo parecido sucede también con el tema de las patentes. Es evidente que la figura de las patentes tiene que seguir existiendo para proteger la labor de los investigadores así como asegurarse que quien fabricará siguiendo esas patentes lo hará con responsabilidad. Sin embargo, en caso de extrema necesidad, liberarlas es una de las propuestas por distintos gobiernos para acelerar el ritmo de vacunación, sobre todo en países que se encuentran en una situación muy crítica.
El coronavirus es sólo un ejemplo de cuán importante es la medicina, la ciencia y la investigación y es, de hecho, un ejemplo que entiende gran parte de la población, ya que es, desde hace un año, objeto de preocupaciones, portadas de periódicos y titulares de informativos.
Una herramienta para ganar eficiencia en el acceso a la información
Dezzai es una solución de inteligencia artificial que va encaminada precisamente a aclarar conceptos, a organizar el conocimiento a través de la inteligencia artificial. Así, su objetivo primordial es que los médicos puedan encontrar de manera sencilla la información que buscan y con ella poder tomar la mejor decisión para cada caso.
Esta información se crea por dos vías, una pública, que incluye manuales, diccionarios, ensayos, etc. y otra privada que incluye bases de datos de organismos o asociaciones con el objetivo de completar la información pública.
La inteligencia artificial para la industria farmacéutica y médica, con esta plataforma, actúa a través de lo que se denomina como machine learning (ML). Dezzai lo define como “una disciplina de la inteligencia artificial que se basa en la identificación de patrones sobre una gran cantidad de datos. (…) son métodos y sistemas que nos permiten predecir, extraer, resumir, optimizar y adaptar información.”
De esta manera se gana muchísima eficiencia, en tiempo y en soluciones, llegando a conclusiones y diagnósticos de una manera más eficaz, resolviendo también de manera más ágil cualquier tipo de incidencia que pueda surgir, luchando, sobre todo, ante la infoxicación.
En este sentido y volviendo al ejemplo del coronavirus, las informaciones se suceden muy rápidamente y hay que tenerlas muy bien organizadas para establecer un orden cronológico, evitar ir por vías ya exploradas y equivocarse.
Dezzai crea todo un universo médico, una gran ontología clara, precisa y sin espacio a las ambigüedades porque, precisamente, en el terreno médico se quiere huir por todos los medios de lo que comúnmente se puede llamar medias tintas.
Esta plataforma, además, permite poder interactuar con otros profesionales ya que cuenta con un espacio de comunidad virtual, intercambiando conocimiento y experiencia en un entorno de confianza, como hubiese sucedido en cualquier congreso.
La tecnología y la digitalización han puesto sobre la mesa nuevos retos que la ciencia y la medicina tienen que afrontar y en los que también ha influido el coronavirus y la retransmisión de cualquier avance en tiempo real por los medios de comunicación.
Precisamente uno de los retos más importantes a los que se tiene que enfrentar la comunidad científica y médica es al creciente acceso a la información que tiene la población de a pie. En este sentido, cada vez son más las personas que pueden leer artículos acerca una dolencia y apresurarse ellos mismos a darse un diagnóstico e ir con este ya a visitar al médico o, peor, comenzar a automedicarse.
Transformar los datos en información es fundamental para poner en orden todo el maremágnum de conocimiento acumulado y para ello la inteligencia artificial a través de algoritmos es una buena aliada. Igualmente, tan importante es que la información esté organizada como saberla leer y para ello están los profesionales, más importantes y más imprescindibles que nunca.