Redacción | Viernes 23 de julio de 2021
Una investigación muestra cómo pequeños cambios en la forma de conducir podrían exponer signos preclínicos de la enfermedad. La forma en que las personas se mueven en su entorno cotidiano, desde los lugares que visitan hasta la forma en que conducen, puede decirnos mucho sobre su salud, afirma Sayeh Bayat, de la Universidad de Toronto, que dirigió el estudio.
Los GPS instalados en los coches de los participantes revelaron con detalle estos movimientos y el momento en que se produjeron. Los investigadores que llevaron a cabo el estudio habían dividido previamente a sus participantes entre los que padecían la enfermedad de alzhéimer preclínica y los que no, utilizando para ello pruebas médicas como el análisis del líquido cefalorraquídeo y la tomografía por emisión de positrones (TEP).
Utilizando los resultados de los datos de conducción, pudieron diseñar un modelo que podía predecir la probabilidad de que alguien tuviera alzhéimer preclínico utilizando simplemente su edad y sus datos de conducción por GPS.
La precisión fue del 86%
"Utilizando estos pocos indicadores... se puede realmente, con una confianza muy alta, identificar si una persona tiene la enfermedad de alzhéimer preclínica o no", expone Bayat. El modelo fue aún más preciso (90%) cuando se añadieron los resultados de una prueba genética para el alzhéimer conocida como genotipo de la apolipoproteína E (APOE), que indica si se puede tener un riesgo heredado de la enfermedad.
Esta investigación podría suponer una forma barata de detectar esta condición en una etapa tempra y apoyar el tratamiento. Pero también plantea la cuestión de si las personas mayores querrían que se siguiera tan de cerca su comportamiento, incluso si hubiera beneficios para la salud.
El hecho de que el comportamiento de los conductores cambie cuando tienen alzhéimer está bien documentado. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE.UU. sostiene que los familiares pueden llegar a notar que su ser querido tarda más en completar un viaje corto.
Se confunde de pedal, de dirección, la conducción es más lenta. Se requiere la recopilación de datos a lo largo del tiempo para un análisis detallado. Añade que los participantes en el estudio con alzhéimer preclínico, en algunos casos, conducían menos por la noche, restringían su conducción a zonas ligeramente más reducidas al rededor de su casa o viajaban más despacio de lo esperado.
La mejor manera de predecir, a través de los datos de conducción, si alguien sin alzhéimer preclínico puede estar en riesgo de desarrollarlo podría ser controlar su manejo en la carretera durante un período de tiempo más largo.
Los cambios en el comportamiento al volante suelen ser percibidos por los familiares de una persona a la que posteriormente se le diagnostica la enfermedad. Uno de los primeros síntomas o signos que notaron es que su ser querido empezó a perderse.
Tener una indicación precoz de quiénes son propensos a desarrollar la enfermedad (sin necesidad de procedimientos costosos o invasivos) podría ayudar a los médicos a saber cuándo prescribir los tratamientos.
El análisis de la forma de conducir podría ayudar a las personas a controlar e incluso a retrasar el inicio de los síntomas más graves del alzhéimer. Pero siempre existe la posibilidad de que se produzcan errores en este análisis. O que los resultados tengan consecuencias negativas.
Noticias relacionadas