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Nocturna Music Xperience, o cómo estar dos horas sin parpadear en Cabanillas

Gran entrada en el campo de fútbol para disfrutar del espectacular montaje de música, baile y luz de la orquesta «La Misión»

Redacción | Domingo 25 de julio de 2021
Más de 800 espectadores disfrutaron anoche del descomunal espectáculo que desplegó «Nocturna Music Xperience» en Cabanillas del Campo. Fueron prácticamente dos horas seguidas de continuos estímulos sonoros y visuales, en un carrusel de actuaciones deslumbrantes que apenas permitían parpadear, porque nadie quería perder detalle de lo que sucedía.

«Nocturna Music Xperience» es una adaptación a las circunstancias actuales realizada por la afamada orquesta «La Misión», una de esas formaciones de verbena-espectáculo que han ido proliferando en los últimos años, que ya habían acudido a Cabanillas en años anteriores, pero que este verano han reconvertido su habitual puesta en escena en otra pensada para público estático y sentado. Y el resultado es estremecedor.

El espectador se encuentra con todo el sonido en riguroso directo, y unos extraordinarios músicos (batería, teclados, bajista, guitarra, violín…). Al frente, un magnífico grupo de cinco cantantes principales, incluida una brillante soprano para piezas operísticas, y en todo momento por el escenario, una docena de bailarines y bailarinas de espectaculares condiciones físicas, que no paran de hacer medidas coreografías. Como guinda, un grupo de acróbatas que terminan de dar brillantez a la puesta en escena.

El espectáculo mezcla de modo brillante la luz, el humo, las proyecciones de vídeo o el confetti, para ir recorriendo junto a todos esos elementos un montón de géneros musicales. Se despliegan decenas de canciones (todas muy conocidas y populares), procedentes de todo tipo de géneros. Desde el Nessum Dorma de Turandot, a musicales como Jesucristo Superstar o El Fantasma de la Ópera. Desde la ópera rock al heavy metal; del pop español al punk británico; de Rosalía a Queen; de Alejandro Sanz a los Beatles… de todo cabe en este montaje ecléctico, donde se adivinan influencias del cabert, el music hall o la danza clásica, en una mezcla difícilmente clasificable, pero muy llamativa.

El evento terminó cuando casi se alcanzaba la 1 de la mañana, y la respuesta de público de Cabanillas fue calurosa y entusiasta.

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