La canciller alemana ha logrado uno de esos propósitos inalcanzables que todos nos hacemos de cara al nuevo año: adelgazar.
Merkel, o más conocida como la dama de Europa, ha conseguido perder hasta 10 kilos en poco más de tres meses. ¿Que cómo lo ha hecho? Sigue leyendo...
La canciller alega motivos de salud para esta reducción de peso tan drástica, pues las pasadas Navidades sufrió una fisura de cadera esquiando.
Los médicos debieron aconsejarla entonces que bajase de peso para reducir el riesgo de accidentes, pues la alemana parece que no había logrado acompasar su alimentación a su nuevo ritmo de vida.
El método de Merkel se ha basado en restringir ciertos alimentos, única y exclusivamente. Es decir, si esperabas una dieta milagro o algún tipo de ejercicio, la publicación alemana Bild Zeitung nos echa abajo esta creencia.
El talón de Aquiles de la canciller ha resultado ser el picoteo entre horas, por lo que, con mucha fuerza de voluntad y más terquedad que otra cosa, ha logrado evitar el pan untado con mantequilla, algo que en varias ocasiones la alemana ha reconocido que le pierde.
Su partido, a dieta
Pero la nueva dieta de Merkel no ha quedado ahí, sino que ha extrapolado a todo su partido este nuevo sistema de alimentación limitada. La primera medida ha sido prohibir los bocadillos en las reuniones, sustituyéndolos por aperitivos a base de puerros y zanahoria.
¿A quién no le gustaría tener una jefa así?