Redacción | Lunes 19 de septiembre de 2022
Castilla-La Mancha ha tenido el verano más cálido en 60 años, tormentoso y poco generoso en lluvias, con una anomalía de temperatura de 2,4 grados por encima de la media del periodo de referencia 1981-2010.
El verano ha sido extremadamente cálido en las cinco provincias de la región, con efemérides de temperaturas máximas y mínimas en ascenso, que lo han situado como el más cálido desde la serie histórica que se inició en 1961, según ha explicado este lunes en una rueda de prensa la delegada territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla-La Mancha, Paloma Castro.
La delegada de la Aemet en Castilla-La Mancha ha indicado que las anomalías de las temperaturas medias de las máximas se situaron en promedio 2.8 grados por encima del valor normal del trimestre, en tanto que las temperaturas medias de las mínimas se situaron en promedio 2.0 grados por encima de lo normal, resultando ambas extremadamente cálidas.
Por provincias, la temperatura media más alta se ha registrado en las provincias de Toledo y de Ciudad Real, con 27.1 grados en cada una de ellas, mientras que en Albacete ha sido de 25.3 grados, en Cuenca de 24.4 grados, y en Guadalajara de 23.3 grados.
Estas temperaturas medias suponen una anomalía de 2.9 grados en el caso de la provincia de Guadalajara, de 2.5 grados en la provincia de Toledo, de 2.4 grados en la provincia de Ciudad Real, de 2.3 grados en la de Cuenca y de 2.0 grados en la de Albacete.
También se ha caracterizado el verano por anomalías cálidas persistentes, con dos pequeños alivios breves en los meses de junio y agosto, que han afectado de forma generalizada a la región, ya que solo se han salvado las zonas de las Parameras de Molina, la Sierra de Guadalajara, la Serranía de Cuenca y parte de la Alcarria de Guadalajara, ha apuntado la delegada de la Aemet.
Por meses, junio fue el cuarto más cálido de toda la serie histórica desde 1961 con una temperatura media máxima de 23.3 grados, con una temperatura media de las máximas de 31.7 grados (2.9 grados por encima de la media del periodo) y una media en las mínimas de 14.8 grados (1.6 grados más que la media).
En junio, la temperatura máxima la tuvo Almadén (Ciudad Real) con 43.2 grados el día 12, mientras que la mínima correspondió a Cañadas de Hache (Albacete), donde los termómetros bajaron a 4.6 grados el día 22.
A su vez, el mes de julio fue extremadamente cálido, el segundo de la serie histórica, con una temperatura media de 27.5 grados, que en el caso de las máximas ascendió a 36.5 grados (que suponen una anomalía de 3.4 grados por encima de la media del periodo) y de 18.5 grados en las mínimas (2.5 grados por encima de la media).
La temperatura máxima del mes se registró en Talavera de la Reina el 14 de julio, con 44.9 grados, y la mínima en Molina de Aragón (Guadalajara), con 7.6 grados el 1 de julio.
Y el mes de agosto fue el más cálido que ha habido en Castilla-La Mancha desde 1961, con una temperatura media de 26 grados y una media en las máximas de 34.4 (2.00 grados por encima de la media del periodo), mientras que en las mínimas fue de 17.7 grados (1.8 grados por encima de la media).
Talavera de la Reina tuvo otra vez la temperatura más alta, que llegó a 43.3 grados el 2 de agosto, mientras que la mínima correspondió a Sigüenza (Guadalajara), que registró 6.1 grados el día 18.
En agosto hubo anomalías muy significativas en las máximas en la Talavera de la Reina superó durante 17 días los 40 grados de temperatura y Toledo durante 13 días, ha señalado Castro.
Y en cuanto a precipitaciones, el verano ha sido muy seco en Castilla-La Mancha con algunos episodios de tormentas persistentes en la zona de Molina de Aragón (durante 15 días) y en Ciudad Real, aunque en general el estío ha sido "poco generoso en lluvias" en el territorio de la comunidad autónoma.
Los meses de junio y julio fueron muy secos, con una precipitación media en junio de 3.6 litros por metro cuadrados, (un 12 % del valor normal del periodo 1981-2010) y en julio de 4.3 litros por metro cuadrado (el 46 % del valor normal), mientras que agosto fue un mes normal, con una recipitación media de 11.8 litros por metro cuadrado (el 91 % del valor normal), ha apuntado la delegada territorial de la Aemet.
PREVISIONES PARA EL OTOÑO
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé que haya un otoño más caluroso de la normal en Castilla-La Mancha y que las precipitaciones sean las normales de esta época del año, por lo que mejorarán ligeramente la situación de los embalses.
La delegada territorial de la Aemet en Castilla-La Mancha ha informado durante su comparecencia que se espera que el otoño sea más caluroso de lo normal en la región, al igual que ocurrirá en el conjunto de España y en Europa.
Según ha explicado Castro, hay una probabilidad moderada de que la temperatura media se encuentre en el tercil cálido en Castilla-La Mancha, como en el conjunto de España, de forma más robusta en la vertiente mediterránea y en Baleares.
Asimismo, ha apuntado que se esperan unas precipitaciones normales en esta época del año, por encima de 100 litros por metro cuadrado en todas las provincias de la región, lo que permitirá que mejorar ligeramente la situación de los embalses al final de la estación.
La curva de agua embalsada mejorará ligeramente o al menos no bajará más, ha apuntado Castro, que ha añadido que si el invierno viene lluvioso se podría acabar el año con en torno al 50 por ciento.
Si la pluviomentría es normal podrían caer en la provincia de Cuenca 166 litros por metro cuadrados el periodo otoñal entre octubre, noviembre y diciembre; 157 litros por metro cuadrado en el periodo en la provincia de Ciudad Real; 128 litros por metro cuadrado en la provincia de Toledo; 125 litros por metro cuadrado en la provincia de Guadalajara y 107 litros por metro cuadrado en la de Albacete.
Castro ha señalado también que es posible que a lo largo del otoño se formen familias de tormentas, que pueden dejar precipitaciones abundantes, así como depresiones aisladas de niveles altos (DANA) o gotas frías que provocarán inundaciones, aunque no puede determinarse con seguridad si afectarán a Castilla-La Mancha.
En este sentido, Castro ha apuntado que las gotas frías serán más probables en septiembre y octubre, y que se deben a la elevada temperatura que tiene el agua del Mediterráneo.
La primera DANA se espera para el 25 de septiembre y que podría afectar a algunas zonas de la región, aunque la delegada territorial de la Aemet no ha podido precisar s alcance, y ha reiterado que la temperatura del Mediterraneo se mantiene muy alta y se espera que se formen familias de tormentas que podrían ocasionar riesgo de inundaciones.
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